Según explicó la compañía en un comunicado, estas intervenciones mejoran la calidad de servicio de la zona y preparan las instalaciones para futuras necesidades por aumento de demanda.Los trabajos realizados en el centro de transformación Santander supusieron dotarlo de “los últimos avances técnicos que favorecen su fiabilidad y seguridad, incrementan su durabilidad y disminuyen el espacio necesario que tradicionalmente exigían este tipo de centros para un adecuado funcionamiento”.Esta nueva tecnología permite asegurar un “óptimo” rendimiento y facilita la operatividad de los equipos, lo que posibilita “minimizar los riesgos de incidencias”, especialmente, en las zonas en las que inciden estos centros.Por otra parte, se han sustituido los cables de las dos líneas de media tensión que abastecen al centro de distribución Santander por otros de mayor capacidad y potencia, lo que redunda en el refuerzo de la red de distribución y en una mejor configuración de la red.