La AGI presenta sus datos y reclamaciones en soledad institucional

 

«Necesitamos energía suficiente, a un precio estable y competitivo, que no fluctúe; un coste eléctrico predecible y que nos permita competir con el resto de Europa». Son declaraciones del presidente de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), Antonio Moreno, durante la presentación de la Memoria de 2020, durante un acto celebrado en Los Barrios y al que ha asistido el secretario general de Industria de la Junta de Andalucía, Cristóbal Sánchez.

Acerinox, Air Liquide, APM Terminals, Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, Cepsa, Cepsa Química, Endesa, Evos, Exolum, Indorama, Linde Gas España, Naturgy, Repsol, Repsol Butano y Viesgo son las quince grandes instalaciones industriales y portuarias que formaban parte de la AGI el año pasado, habiéndose añadido este último ejercicio Repsol Butano. Las industrias y el sector portuario y logístico de las empresas que dibujan un destacado núcleo industrial con actividades como el refino de petróleo, químicas, producción y transformación de energía eléctrica y fundición de metales, además de la importante situación geoestratégica del puerto y de las empresas logísticas en él instaladas.

Moreno ha reconocido durante su intervención que aunque la subida del precio de la electricidad aún no ha afectado a las grandes industrias de la zona en lo que a producción y paros se refiere, los costes se han disparado y están siendo menos competitivas.

Las cifras de la memoria de 2020 de la AGI, que cumple su 30 aniversario, constatan que sus asociadas siguen siendo uno de los principales núcleos industriales de Andalucía y del conjunto del país, aunque en un ejercicio marcado por la crisis económica y sanitaria «que ha traído la pandemia global del nuevo coronavirus y que ha supuesto una importante caída de la demanda, sobre todo de combustibles por el descenso de la movilidad», ha destacado su presidente.

6.199 millones de euros de ingresos
En este escenario los ingresos acumulados se han situado en los 6.199,2 millones de euros, un 33,5% menos que en 2019, con otros datos económicos también alejados de los de ejercicios anteriores. Así el VAB ha caído a los 1.409 millones de euros y el EBITDA a los 807,3 millones de euros.

«La gran industria del Campo de Gibraltar ha vuelto a demostrar una vez más el papel como motor estable de la economía regional y provincial. Hemos sabido responder de forma inmediata a un escenario tan diferente a lo que conocíamos, ajustando los centros de trabajo y los puestos a la situación. La mayoría de nuestras empresas desarrolla actividades esenciales y en todo momento se ha mantenido la actividad, implantando los protocolos sanitarios y prácticas como el teletrabajo cuando ha sido posible. Hay que tener en cuenta que tenemos empresas en nuestra asociación que se dedican a la generación de energía o a la distribución de oxígeno medicinal, lo que nos ha permitido seguir funcionando incluso en los momentos más duros del confinamiento», ha añadido.

Al respecto, ha asegurado que las industrias lo han hecho «manteniendo nuestra firme apuesta por la seguridad de nuestros trabajadores y proveedores en un momento tan sensible como el que estamos viviendo. También conservando e incrementando nuestro vínculo con la sociedad, contribuyendo con el entorno con el operamos desde el punto de vista social, pero sin olvidarnos de nuestro compromiso medioambiental».

En este último apartado ha destacado la labor de las asociadas por lograr una producción más eficiente, siendo los valores de las emisiones significativamente menores a los de 2016, cuando la producción fue similar. En el caso de las emisiones de CO2 se han reducido más de un 34% en ese periodo, mientras que las de NOX han descendido un 61%, las de SOX un 67% y las de partículas un 56%.

Más de 7.000 millones invertidos desde 2001
Esta línea de actuación se enmarca, ha agregado, en la vocación de permanencia de las empresas que forman parte de la AGI, con un claro compromiso por el Campo de Gibraltar como evidencian los 7.074,5 millones de euros invertidos entre 2001 y 2020, de ellos 2.697,4 millones correspondientes a la última década y 284,3 millones al ejercicio pasado.

En el capítulo inversor destacan los 31,7 millones de euros destinados a gasto a inversión en seguridad y salud laboral, lo que representa un incremento del 14%, y los 77,4 millones de euros destinados a gasto e inversión medioambiental, superando la cifra de los 384 millones en los cinco últimos ejercicios. «Esta tendencia representa una apuesta por el incremento de la productividad y la competitividad, así como por la seguridad laboral y el impacto ambiental», ha indicado.

El empleo cae un 10 por ciento
Pese a la caída de la demanda, los 15 centros de producción que forman parte de la AGI han continuado su apuesta por el empleo de calidad. Eso sí, tras varios ejercicios de incrementos, la suma de empleos directos y de las empresas auxiliares de mantenimiento y otros servicios en la AGI ha registrado una bajada del 10,2% en 2020, acentuada en el empleo auxiliar (-14,7%), mientras que la caída ha sido del 4,5% en el empleo directo, siendo la mayor parte éste, de contrato temporal. La cifra total de empleo se sitúa en los 9.045 trabajadores. En las plantillas propias, el empleo directo ascendió a 4.240 personas, mientras que las empresas auxiliares, aquellas que operan día a día en las instalaciones de las asociadas de la AGI, ocuparon a 4.805 personas.

«El compromiso con las plantillas es evidente: apostamos por el empleo de calidad, superando el 97% los contratos indefinidos en las empresas de la AGI, y pese a una bajada en el empleo, enmarcada en un contexto marcado por la pandemia, en los cinco ejercicios anteriores este capítulo había crecido de forma significativa año tras año», ha resaltado Moreno.

Asimismo, ha destacado el impacto que tienen las empresas de la AGI en su entorno: «Las interrelaciones productivas de las empresas con la economía de la zona crean unos efectos multiplicadores en la economía a través de las interrelaciones generadas por el gasto de las asociadas en adquisición de bienes y servicios que producen otras empresas y el gasto de los salarios generados por la industria. Este impacto se cuantifica en términos de Valor Añadido Bruto, que en 2020 se situó en los 2.282,9 millones de euros, y de empleo, cuya cifra fue de 18.234 personas, añadiendo el impacto de efectos directos, indirectos e inducidos».

Ferrocarril y carreteras
En el apartado de demandas, además de la factura energética, desde la AGI se reclaman infraestructuras de primer nivel para poder competir en igualdad de condiciones, aunque se muestra optimista con el futuro: «Contamos con los argumentos para afrontar esta situación. Tenemos el puerto más importante del Mediterráneo y de España en volumen de actividad; un tejido industrial potente, sustentado por personal cualificado y de experiencia; una Formación Profesional integrada en el ámbito empresarial… Pero seguimos requiriendo de infraestructuras para no quedarnos atrás frente a nuestros competidore».

Por ello ha calificado de vital el ferrocarril, al igual que unas carreteras en buen estado que soporten la alta intensidad de tráfico pesado. Del mismo modo ha dicho que el suministro de agua no puede ser dependiente de la lluvia para la agricultura y la industria. «También es preciso contar con suelo industrial a precio competitivo, agilidad administrativa y el ajuste de impuestos y tasas para poder competir».

Por su parte, el secretario general de Industria y Minas de la Junta de Andalucía ha hecho hincapié en la importancia de la industria como uno de los pilares del crecimiento económico de la región: «Este tiempo de pandemia y recesión ha vuelto a demostrar que, cuanto mayor es la capacidad industrial de un territorio, mejor es su resistencia a las adversidades económicas. Por este motivo, desde la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades se viene impulsando, de manera decidida, la transformación de este sector productivo mediante la diferenciación de Andalucía como región industrial, así como el crecimiento de su industria en solvencia, dimensión, calidad y valor para la sociedad».

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