En los años treinta del pasado siglo, a José Núñez pronto se le empezó a conocer en el Campo de Gibraltar como Pepe ‘El Limpio’. El motivo no era otro que su forma de ser. En una época en la que un apretón de manos lo era todo, su limpieza con la palabra y con el trabajo le reportó el respeto de todo el que le conocía, y también el sobrenombre de ‘El Limpio’, que su familia ha ido heredando generación tras generación.
José Núñez era de Tarifa, y desde niño ya trabajaba como corredor de ganado. En este trabajo, en el que ejercía de intermediario entre los ganaderos y los compadrores, fue conociendo todos los secretos del negocio de la carne. Años después, esa experiencia le sirvió para crear su propia ganadería en una pequeña finca en Pelayo y para montar para su familia una carnicería en la calle Barcelona, la empedrada calle de La Bajadilla donde vivió la familia de Paco de Lucía.
Sus hijos fueron gestionando este pequeño negocio, en un local en el que apenas cabía más de un cliente, pero donde pronto se convirtieron en un referente de un barrio entonces bullanguero, donde todo el mundo se conocía, y donde el trato cercano del día a día configuraba una forma distinta de vivir.
De la pequeña tienda de La Bajadilla, la familia pasó al mercado de abastos, con un pequeño puesto en el mercado Hotel Garrido, que aún conservan; y en el mercado Ingeniero Torroja, donde primero ocuparon un puesto muy pequeño en una de las calles de fuera, hasta que en los años setenta pasaron al interior del mercado.
El mercado en el ADN
Uno de los hijos de Pepe El Limpio, Fernando Núñez, fue durante años el alma máter de ese puesto de la plaza, al que terminó convirtiendo en referencia. Allí, desde pequeño ya se embebería del negocio familiar y de la idiosincrasia el pequeño Fernando, su hijo mayor, que echó sus primeros pasos correteando junto a su padre por las callejuelas del mercado.
Con diez u once años, Fernando ya empezó a ayudar a la familia en el negocio los sábados y los veranos. “Iba aprendiendo lo que era el oficio, primero partiendo y limpiando huesos. Fui aprendiendo poco a poco”.
Al cumplir la mayoría de edad, Fernando Núñez cursó la carrera de Derecho, una época en la que también empezó a trabajar primero como reponedor y después como jefe de sección en el supermercado Carrefour. “Para poder apreciar lo que es el negocio familiar, también tienes que trabajar fuera”, afirma Fernando.
Sin embargo, en 2010 volvió a acompañar a su padre en el puesto de la plaza, donde estuvo seis años hasta que decidió formar su propio puesto “por emprendimiento, por diversificar y por no tener que depender tantas casas de un único puesto”.
Un puesto diferente
La Carnicería Fernando Núñez arranca en el mercado en 2016 con una forma muy particular de entender el negocio. “El haber trabajado con una multinacional me ha dado otro punto de vista comercial distinto, un formato híbrido entre el trabajo con un supermercado y el mercado”.
Fernando defiende que “el trato personal del comercio tradicional no se puede perder, pero intento trabajar con márgenes más reducidos, al estilo de un supermercado, con precios lo más ajustado posibles, para poder atraer al público en ese aspecto, y fidelizarlo con el trato personal. Es una dualidad que no se dan en muchos sitios”.
Especialista en carne de toro
Una de las marcas de la casa en Carnicería Fernando Núñéz es la carne de toro, ya que es casi el único que la trabaja en el mercado. Además, ofrece en su mostrador productos de toro de lidia cuando se producen festejos taurinos en la ciudad. “Ahora estoy trayendo carne de toro con la misma crianza que tiene el toro de lidia, pero con una muerte distinta”, señala.
A la carne de toro le suma el resto de especialidades del puesto, como son la ternera retinta y la mezcla de retinta con limoncina. También se puede encontrar en su puesto carne de pollo, cerdo ibérico y casquería (callos, hígado de cerdo y ternera, rabos, manitas u orejas para los platos tradicionales de potajes).
Ahora, en un paso más hacia la modernización del negocio, Fernando Núñéz se ha sumado a la venta online a través del Centro Comercial Virtual del Campo de Gibraltar: “Es necesario, porque al final las nuevas generaciones utilizan más ese medio, y hay que estar a lo que te pide al cliente”.