En su intervención ante la comisión de Reconstruccción, la ministra ha planteado que, en momentos difíciles como los actuales, decir que no a todo puede tener una rentabilidad política a corto plazo, pero de lo que se trata es de intentar trabajar todos juntos dado que ningún otro problema es más urgente que afrontar las consecuencias de la crisis.
Así, ha recordado la capacidad de trabajo en común que demostraron los partidos políticos que redactaron la Constitución y que fraguaron los Pactos de la Moncloa y ha lamentado que la palabra consenso hoy parece olvidada.
No se trata de pensar igual ni de estar de acuerdo en todo, sino de trazar una senda por la que podamos transitar juntos, para afrontar el gran reto que supone la lucha contra el coronavirus y contra la crisis económica.
Y esto no será posible, ha dicho, si no bajamos el tono de crispación en este país, por lo que ha apostado por acabar con la idea de que los partidos deben estar siempre trabados en una campaña perpetua de destrucción mutua, única vía para hacer frente a los grandes retos que se avecinan.
Los portavoces de los distintos grupos parlamentarios no han hecho excesivo caso de las peticiones conciliadoras de la ministra y le han reprochado desde los recortes y austeridad que impone Europa a cambio de su ayuda (CUP), hasta la crisis de reputación por la gestión de la crisis sanitaria y la falta de transparencia del Gobierno (Ciudadanos) o el despotismo financiero de la UE y el hecho de que los ayuntamiento se queden fuera de las gestión de los fondos (Podemos).
Por su parte, Vox ha cuestionado que el Gobierno haya impuesto un estado de excepción, que no defienda los intereses españoles ni en Gibraltar, ni en Marruecos y que apruebe medidas que tienen un efecto llamada a una inmigración que España no puede costear.
Para el PP, lo más grave ha sido que el Gobierno, en su opinión, ha estado ausente cuando ha habido situaciones de urgencia e inoperante en su aportación de soluciones, por lo que la marca España ha sufrido un importante desgaste que el Gobierno se niega a reconocer.
La ministra ha respondido de uno en uno a todos los portavoces sin entrar en debates ni provocaciones ya que, como ha subrayado, sería un poquito más útil que nos dedicáramos a trabajar en las prioridades como son la aprobación del fondo de recuperación europeo y el marco financiero plurianual.
Así, González Laya ha subrayado que “los estados nación, por sí solos, no son espacios de gobernanza suficientes para hacer frente a un reto de estas proporciones, por lo que este momento supone una oportunidad de reconstrucción solidaria de la UE, que integre la sostenibilidad, la inclusión y la digitalización, así como un mayor desarrollo del pilar social europeo.
Por ello, España va a defender una profundización de la solidaridad y responsabilidad económica de la UE que complete la unión ecoonómica y monetaria, que permita desarrollar una política fiscal europea, dote de contenido relevante el pilar social y apoye la transición ecológica y favorezca la digitalización y para que se invierta en la autonomía estratégica de Europa.
Sobre el próximo marco financiero plurianual, González Laya ha apostado porque sea cuantitativa y cualitativamente ambicioso en materias como la agricultura, cohesión o innovación, y que establezca un sistema robusto y justo de recursos propios y se avance hacia la armonización fiscal y la erradicación de las prñacticas fiscales desleales entre estados miembros.