La catástrofe se producía un lunes de 1949 cuando numerosos pesqueros se encontraban faenando en las aguas de Marruecos más próximas a Ceuta así como en el entorno del litoral ceutí en una época marcada por la importancia de la pesca en la economía de las ciudades costeras.
Según recogió la publicación Historia Naval, aquella mañana la mar amanecía en calma, pero un inesperado temporal de levante interrumpió la jornada pesquera e hizo que todos los barcos tuvieran que levantar anclas para resguardarse del fuerte viento y de las olas.
La fuerza del mar hizo que tres pesqueros fueran arrastrados a la zona de los isleros de Santa Catalina en la costa de Ceuta: el Lobo Grande de Ceuta, el San Carlos de Algeciras y Los Mellizos de Tarifa.
Un golpe de mar hizo zozobrar a los tres pesqueros casi de forma simultánea, cayendo al agua sus 75 tripulantes, algunos de los cuales pudieron ser auxiliados por los pesqueros Juan Piñero y Trinidad Piñero, ambos matriculados en Tarifa, que pudieron rescatar a varios de los náufragos.
La zona de los isleros está catalogada como de muy peligrosa para la navegación debido a la poca profundidad -de apenas doce metros y de la existencia de numerosos arrecifes que convierten este lugar en un punto “negro”, como ha explicado a Efe el pescador José Muñoz.
Muñoz ha resaltado que los profesionales del sector tienen constancia de esta situación “pero muchos navegantes lo desconocen y acaban con sus barcos encallados entre las piedras”.
“El que no conozca esa zona debe saber que es mejor pasarla alejándose de la costa pero en aquella época se pensó que era mejor hacerlo más cerca de la tierra”, ha afirmado a Efe el también pescador ceutí Juan Manuel Sánchez.
Sin embargo, la catástrofe no se evitó: 26 marineros de Los Mellizos, 24 del San Carlos y 14 del Lobo Grande perdieron la vida en esa jornada trágica para la pesca.
“Recuerdo que fue una equivocación de todos porque pensaban que había mejor tiempo y los cogió regresando al puerto. Este hecho marcó durante muchos años a Ceuta, a Algeciras y a Tarifa”, ha recordado a Efe Juan Manuel Sánchez, actual secretario de la Cofradía de Pescadores de Ceuta.
Que se diera en estos días una catástrofe similar “sería difícil porque los tiempos han cambiado mucho y ahora tenemos el parte meteorológico prácticamente a la hora, lo que no había antes, es decir, la predicción actual hace que todo el mundo esté avisado de un fuerte temporal”, añade el secretario de la Cofradía.
Fuentes de la asociación ecologista Septem Nostra han detallado a la agencia Efe que el Estrecho de Gibraltar, por su situación geográfica, provoca que el viento -de poniente o levante- cambie de forma repentina debido a la confluencia de dos mares como el Mediterráneo y el Atlántico por el conocido “Efecto Venturi”.
Este efecto hace que un fluido que pasa por un tubo ve disminuir su presión al flanquear el estrechamiento al mismo tiempo que su velocidad aumenta, y eso es lo que ocurre al unirse las aguas que confluyen en el Estrecho.
Setenta años después, en Ceuta queda el recuerdo de ese trágico día en forma de un mosaico en la pared de la iglesia de la Virgen del Carmen con el nombre y los apellidos de los 14 fallecidos del Lobo Grande, entre ellos un marinero portugués que estaba embarcado en el pesquero ceutí.
Pero desde hace tiempo no se realiza ningún acto ni en Ceuta ni en Algeciras ni en Tarifa para recordar esta tragedia que muchos pescadores ni olvidan ni olvidarán.