Esta estudiante de Arqueología Subacuática de la Universidad de Cádiz tenía previsto hacer inmersiones en la zona y tras una semana de búsqueda en el mar, nada se sabe de ella.
La desaparición de Úrsula Cortés en Tarifa hace ya ocho días sigue siendo un misterio. Se la ha buscado por tierra, mar y aire durante toda la semana, pero ya se ha suspendido el dispositivo. Queda, esos sí, el aviso a buques y buceadores que naveguen por la zona del Estrecho.
La última vez que vieron a la joven barcelonesa Úrsula Cortés fue el 29 de junio. Fue en Tarifa y vestía mallas y jersey negros, botas grises y moradas. Tiene una tatuaje de una ánfora romana en el brazo izquierdo. Aunque su coche fue localizado en el recinto ferial de la localidad, sus pertenencias estaban en el camino de acceso a la Isla de Las Palomas.
Cuando dejaron de tener noticias de Úrsula, sus padres avisaron a la Guardia Civil. Estudiante del máster de Arqueología Subacuática de la Universidad de Cádiz, su hija tenía previsto hacer inmersiones en el agua, contaron a los agentes. Y comenzó la búsqueda, primero por las playas tarifeñas donde se realizan cursos de submarinismo y luego, por las fuertes corrientes, ampliaron el arco a todo el Estrecho, con dos buques y un helicóptero de Salvamento Marítimo en alta mar, con los buzos de la Guardia Civil más cerca de la costa.
Tras una semana infructuosa, el dispositivo se ha retirado, aunque con aviso a buques que pasen por el Estrecho para que estén atentos.