Así lo han explicado algunos de los letrados de la defensa, que han lamentado los diversos problemas que se están produciendo y que han llevado a que, de momento, se haya doblado el número de sesiones previstas en esta vista, que han pasado de cinco a diez.
Mañana, martes 13 de abril, estaba previsto el final de la vista, si bien se han ido añadiendo sesiones hasta al menos el lunes 19.
“Este juicio cobaya está siendo un verdadero desastre. Estamos admirados por el tesón y la paciencia de los magistrados, que están haciendo un esfuerzo tremendo, igual que todas las partes”, sostiene Alberto Ibars, uno de los letrados de la defensa.
A pesar de los trabajos llevados a cabo en la sala por parte de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, que ha invertido 74.194 euros para adaptarla a las medidas de prevención del covid, los problemas se han sucedido desde que el pasado miércoles día 8 comenzase la vista oral.
Así lo explica Ibars, quien indica que “el primer día estaban poniendo las pantallas; el segundo, los micrófonos; el tercero falló el sistema de grabación y hoy se ha retrasado la sesión porque estaban instalando un nuevo sistema informático”, lamenta.
Para el letrado existe “una merma de derechos de nuestros defendidos, porque se está perdiendo la continuidad que deben tener las declaraciones de los testigos”.
En la misma línea se expresa otra de las letradas de la defensa, Sofía Morenete, quien lamenta las dificultades que sufren aquellos que tienen que desplazarse desde lejos, como algunos testigos que acuden desde Madrid, ante las continuas interrupciones y suspensiones, con los consiguientes cambios de fecha en sus comparecencias.
“Somos 18 abogados, 19 acusados y todos los testigos, son muchos afectados”, explica la abogada, que entiende que “esto es una prueba de que los medios no son suficientes, aunque se hayan reforzado”.
“Incluso hemos tenido acusados y abogados con dolencias físicas, pero hemos asistido. Quedan muchos testigos por declarar, audición de grabaciones, etc. Es muy posible que se tenga que ampliar”, considera.
Los letrados de la defensa han solicitado el aplazamiento del juicio, petición que no ha prosperado, ya que la vista sigue adelante y esta misma mañana ha celebrado una nueva sesión, también con varias horas de retraso sobre el horario previsto.
Se está juzgando a diecinueve acusados de introducir 389 kilos de cocaína a través del puerto de Algeciras con un 84,2 % de pureza y un valor estimado de trece millones de euros en el mercado negro.
Entre quienes se sientan en el banquillo hay cinco estibadores, un transportista y un pescador, acusados de participar en la descarga de la droga desde un contenedor que había llegado procedente de Guayaquil (Ecuador).
La fiscal pide para los estibadores, como para el resto de los acusados, dos años de prisión por el delito de pertenencia a grupo criminal. Además, para los considerados los tres cabecillas de la organización pide nueve años de prisión por un delito contra la salud pública.