La junta rectora de Los Alcornocales acuerda la conservación y el desarrollo corchero

Representantes de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul han participado en una reunión de trabajo de la junta rectora del Parque Natural de Los Alcornocales (Cádiz) sobre la lucha para combatir la lagarta peluda (Lymantria dispar) en la que se ha acordado por unanimidad asegurar la conservación del alcornocal y promover el desarrollo sostenible de las comarcas corcheras, propiciando que cuenten con herramientas para ello.

 

Representantes de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul han participado en una reunión de trabajo de la junta rectora del Parque Natural de Los Alcornocales (Cádiz) sobre la lucha para combatir la lagarta peluda (Lymantria dispar) en la que se ha acordado por unanimidad asegurar la conservación del alcornocal y promover el desarrollo sostenible de las comarcas corcheras, propiciando que cuenten con herramientas para ello.

El centro de visitantes El Aljibe de este espacio natural protegido en Alcalá de los Gazules ha acogido este encuentro técnico, que ha congregado a los participantes de esta junta y a otros expertos en la materia, con excepción de los representantes de los grupos ecologistas, que no han asistido pese a haber sido invitados a participar, según ha indicado la Junta en una nota.

En el transcurso de esta reunión se ha realizado una retrospectiva sobre el avance de la lagarta peluda y las herramientas para combatirla, con una exposición informativa sobre el trabajo realizado históricamente y en la actualidad y los tratamientos aplicados, así como el grado de eficacia alcanzado. A este respecto, los participantes han subrayado el consenso de la junta rectora para “seguir insistiendo” en explorar “todas las vías posibles de lucha contra la lymantria”.

Asimismo, se ha puesto sobre la mesa el planteamiento de un estudio de la Universidad de Cádiz acerca de determinadas especies como aves y murciélagos que puedan contribuir a combatir el avance de la lymantria.

Por otra parte, el equipo técnico ha reiterado a un representante del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación presente en esta reunión la necesidad de autorizar nuevos productos, así como trabajar de la mano en la búsqueda de soluciones conjuntas para la flexibilización normativa que permita los ensayos necesarios a este respecto.

En ese sentido, se ha aludido no sólo a tratamientos y productos sino, de manera más amplia, a una propuesta para “seguir trabajando en lo que concierne al equilibrio ecológico del monte” y para revisar todas las bases de cara a que este tipo de plagas tengan la menor incidencia.

Desde la Consejería de Sostenibilidad se ha recordado que la iniciativa sobre esta junta rectora extraordinaria se planteó en el marco de dos reuniones informativas recientes, desarrolladas en este centro de visitantes del Parque Natural de Los Alcornocales, sobre el contexto general de la plaga, su evolución histórica y los tratamientos para combatirla, así como las actuaciones que se llevan a cabo cada año y la situación actual a este respecto.

En estas reuniones participaron representantes de la Junta de Andalucía, de ayuntamientos, propietarios de fincas, gestores y representantes de asociaciones agrarias.

Este tipo de reuniones informativas se enmarcan en la dinámica de la Consejería para hacer un seguimiento de la situación de manera periódica e informar a los agentes, autoridades y profesionales de municipios afectados por la proliferación de la lymantria.

Desde hace años, se ha apuntado, se realizan tareas de seguimiento, prevención y control de agentes nocivos de los montes, entre ellos, la lagarta peluda, un insecto “muy voraz” que puede llegar a consumir las hojas del arbolado y ocasionar “considerables daños en las masas forestales cuando se desarrolla en forma de plaga”.

Este lepidóptero es capaz de incrementar su número y convertirse en plaga en un corto plazo de tiempo y las orugas pueden dispersarse con el viento, circunstancia que favorece la aparición de focos en zonas muy distantes. Por todo ello, se considera “fundamental” establecer un sistema de seguimiento intensivo que permita anticipar y prevenir esta situación evitando los daños al arbolado y sus aprovechamientos.