No habrá guerra, la inconsciencia no puede llegar a tanto. Por José Hidalgo de Castro

La decisión de la República de Ucrania, de pertenecer a la OTAN (amparada por el derecho internacional como país soberano), ha desencadenado un enfrentamiento, hasta ahora, solamente diplomático, entre los EEUU y Rusia, que ya tuvo el precedente, con la llamada “crisis de los misiles” en 1962, cuando los EEUU bloquean militarmente a las isla de Cuba (país soberano por cierto), porque la entonces Unión Soviética, por decisión de Cuba, quería instalar misiles en el mentado país, que ya sufría un bloqueo económico brutal, por parte de los EEUU.
Ayer y hoy, las cañoneras se pasan el derecho internacional por el arco del triunfo, acompañados por países que, más bien harían, quedándose en sus casas, tapando las tantas goteras que aquejan a sus sociedades.
Pero, ni hoy es el ayer, ni el ayer es lo mismo que hoy. Hoy, un conflicto como el que protagonizan dos inconscientes, además de oler a rancio, si llegara al uso de las armas, supondría una carnicería tan grande como las ocasionadas por las bombas atómicas que se arrojaron contra el Japón. 
Y, esto sería así, porque no podría haber un vencedor, en este caso, no, y ambos tienen artilugios atómicos como para barrer a Europa del mapa.
Por ello, se haría muy bien, con un gran favor para los que esta tierra habitamos, en no tomar partido por ninguno de los contendientes, y no dar en absoluto, ningún paso que pueda propiciar ese temible enfrentamiento militar. 
España envía una fragata, para qué, para buscar la paz, o para alentar una guerra, El envío de esa fragata nos hace más grande y mejores. No, radicalmente no, y por eso no me representa.
 

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