Sr. Director:Se celebraron las elecciones generales correspondientes al segundo mandato de un Presidente de Gobierno de España, que a su vez era Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, cuando se vio forzado a adelantar los comicios obedeciendo a las presiones que le recortaban el derecho a agotar la legislatura.- La Secretaría General del partido recayó como cargo sucesorio en la persona que por pautas de designación sería también elegido candidato a la Presidencia del Gobierno, considerado como el más idóneo para competir en un estado de bi-partidismo contra el candidato por el Partido Popular.
El inevitable fracaso del PSOE en éstas elecciones, pone en entredicho que el electorado haya establecido sobre dicho partido un criterio de definición sobre la identidad ideológica como Socialista o como Socialdemócrata, so pena que los gobernantes quedan suspendidos en la prueba eliminatoria por su gestión en el designio de los destinos de España durante un mandato, que por su cita con las urnas, acaba de entrar en funciones.- Para mayor recato de debilidades, quedó implicada la ejecución de una política de gobierno desorientada, toda vez que dichos comicios se prestan de catapulta a una derecha liberal-conservadora caracterizada por sus mensajes de austeridad en los recortes practicables a partir del momento inmediato a la constitución del gabinete gubernamental, que presumiblemente para la militancia del Partido Popular será presidido por Don Mariano Rajoy.El slogan del PSOE durante ésta campaña ha sido:”Pelea por lo que quieres”. Y bajo ésta premisa, las personas a quienes se nos invade la conciencia de la ideología socialista, debemos reflexionar antes de elegir al adversario en nuestra encomiable disputa.- Quizás la propuesta más factible y merecedora de aclamación sea proferir la oración, despedida y cierre a esa oligarquía orgánica inherente desde hace años en el PSOE: un partido dirigido bajo pautas y riendas de quienes se han desmarcado de la ideología socialista, y se sirven de los honores de su fundación a cargo de obreros liderados por Pablo Iglesias, para secuestrar un partido que les sirve de vehículo hacia los poderes públicos de la Administración Española, atraídos por un amplio repliegue de ambiciones personales y lucrativas. En dicho repliegue tan harto mercantilista han sido muy numerosas las personas que se unieron al denominado proyecto progresista haciendo valoraciones superficiales y olvidando los valores del Socialismo Obrero Democrático.La situación orgánica del partido requiere renovación de los ocupantes de los cargos desde el Secretario General hasta el último Secretario Local, recuperación de la identidad ideológica, y por consiguiente, expulsión de toda persona que no sea socialista, con aquellos que son conocidos como oligárquicos y mercantilistas, a la cabeza. El PSOE se fundó realzando los valores de la Democracia, cuyo criterio de compañerismo y dedicación a una causa justa, se convirtió en un valor intrínseco, que daba como frutos la coherencia y la honestidad de aquellos obreros de antaño.Las ambiciones egoístas que caracterizan la personalidad de los dirigentes de nuestra época han convertido al partido en una sociedad de decrépitos, que por consiguiente han desvirtuado al partido de los valores que condicionaron su fundación y ardua tarea de la militancia socialista liderada por Pablo Iglesias Possi.Reiniciar el camino en la difusión de la ideología y los programas electorales socialistas es largo y costoso.Es difícil ahora recuperar la confianza perdida de los ciudadanos, devolviendo la esperanza de cumplir con sus demandas, y favoreciendo a la clase obrera en su necesaria y obligada exigencia de proporcionar una calidad de vida justa y asequible: derecho que es coherente de implantar por sistema y no por decreto. Es necesaria y justificada la movilización interna que traiga consigo la aparición ante la sociedad del nuevo Partido Socialista y devolver a la clase obrera el partido que fundaron Pablo Iglesias y algunos obreros afines. Antonio Gutiérrez García y Crespillo, de Jimena.