En una nota de prensa, el gobierno gibraltareño explica que el exitoso programa de vacunación llevado a cabo en la colonia, con 30.402 segundas dosis de vacunas ya puestas, y el escaso número de contagios (ningún residente contagiado, y una única persona, no residente, ingresada en el hospital), permiten continuar con la relajación de medidas.
Desde finales del pasado marzo Gibraltar, con unos 34.000 habitantes, es uno de los primeros territorios del mundo en ensayar la vida “post-vacunación”.
Entonces eliminó el toque de queda y permitió pasear por las calles sin mascarillas.
A partir de hoy viernes levanta la normativa sobre las restricciones a las reuniones.
Y empieza a permitir el regreso de los espectadores y del público a eventos deportivos y culturales de forma gradual.
“Inicialmente, el aforo estará limitado a un 50% de la capacidad hasta el viernes 30 de abril, para después ascender al 66% de la capacidad hasta el 14 de mayo, cuando esperamos poder volver al 100% de la capacidad, siempre y cuando los casos sigan estando en niveles muy reducidos”, explica en una nota de prensa.
Los restaurantes y establecimientos de hostelería podrán a partir de hoy tener música en directo y actuaciones de DJs.
Los gimnasios y lugares de culto ya no necesitan pedir autorizaciones para tener actividad y podrán a partir de ahora “operar bajo la responsabilidad de su propia gestión y siguiendo las directrices generales de Salud Pública”.
“La pandemia no ha desaparecido, por lo que algunas restricciones siguen siendo clave, como pueden ser el rastreo de contactos, la monitorización del personal y la limpieza y desinfección periódicas”, añade el gobierno gibraltareño.
Respecto a las mascarillas, solo deberán llevarse “en los comercios minoristas, los servicios sanitarios, incluidas las clínicas privadas, las obras de construcción, en el interior de viviendas y oficinas, autobuses y taxis y en los servicios funerarios dentro de un lugar de culto”.
También las deberán llevar los empleados de restaurantes, cafeterías y bares hasta el 1 de mayo, cuando esta medida será revisada.
La ministra de Salud, Samantha Sacramento, ha advertido de que el mundo afronta otra ola y que el riesgo de las nuevas cepas sigue siendo muy real: “debemos permanecer atentos a la situación a nuestro alrededor y tomar nota de que las cosas podrían cambiar de un momento a otro”