Durante una semana, más de veinte voluntarios de la Pastoral Penitenciaria y otros cristianos comprometidos han unido fuerzas poniéndose manos a la obra para alcanzar un mínimo de mil mascarillas para la prisión. Ha sido tanta la respuesta, que éste equipo de voluntarios ha podido fabricar en sus casas más de dos mil quinientas mascarillas para el Centro Penitenciario de Botafuegos.
Sin tener nada de medios económicos la Pastoral Penitenciaria ha recibido ayuda material de empresas como Unitermia, Tejidos Madrid, Soluciones Ecológicas, Lavandería Montbanc
Los feligreses de la Parroquia de los trinitarios han querido colaborar. Y, para evitar el contacto, los frailes han ido hasta sus casas, y llamando al porterillo, los feligreses han salido a sus ventanas para arrojar telas y sábanas de algodón para que se pueda continuar haciendo mascarillas.
“Es inmensa la generosidad del corazón de tantas personas, que en los momentos más difíciles la cruz se hace más llevadera. Ante tanto sufrimiento los corazones se unen en una misma oración, muchas manos se abren para dar y acoger, las sonrisas colorean los rostros desfigurados por el sufrimiento, porque nada es imposible para el que tiene fe”, han señalado desde la Diócesis de Cádiz y Ceuta.