Estos 14 hombres y una mujer –todos adultos de siete nacionalidades: cuatro nacionales de Eritrea; tres de Sudán; tres de Gambia; dos de Ghana; uno de Nigeria; uno de Liberia, y uno de Etiopía– han viajado “tranquilos” y “agadecidos”, según las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que este mismo jueves contactó con el comandante del buque.
La previsión es que una vez en territorio español Cruz Roja dará la primera acogida en puerto que ofrece a todos los migrantes que llegan a la costa previamente interceptados por alguna patrullera y que consiste en proporcionarles alimentos, ropa y atención sanitaria. Pasado un breve espacio de tiempo,
se hacen cargo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para atender su situación administrativa. Posteriormente, se les ofrecerá orientación jurídica y psicosocial y se les permitirá contactar con sus familiares.
El técnico de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja Española, Antonio Fernández Vicente, explicó a Europa Press que prevén que en este caso el paso de los migrantes del Open Arms por puerto sea “bastante más rápido” que en otras ocasiones anteriores ya que “seguramente” ya no lleguen en una situación “de atención de urgencia” sino recuperados tras una semana recibiendo atención en Italia. En todo caso, tendrán que verificar en qué estado acceden.