López Simón llego y besó el santo: Puerta ded FeriaSeis toros de La Palmosilla. Un encierro terciado pero muy parejo, de los cuales ninguno llegó a los 500 kilos pese a lo cual tenían plaza, sobresaliendo el terceo y cuarto ovacionados en el arrastre, el primero manseo, el quinto sin entrega y el sexto se rajó
PADILLA ESTUVO EN PADILLAJuan José Padilla, lucido con el capote en su primero, y protagonizó un tercio de banderilla desigual. Padilla estuvo en Padilla, dándolo todo y con el público a su favor. Con la muleta, ahí estuvo, lo intentó pero sin colaboración alguna por parte del astado. Mato de estocada trasera y tendida y cortó una oreja, que vino dada en gran parte por la respuesta del público tras irrumpir en el ruedo el descamisado, indeseable antitaurino extranjero ya habitual, y que en vez de venir a incordiar a la feria se debería ir con la madre que lo parió. En su segundo el “pirata” jerezano, un gran toro por su fijeza, humillación y duración, un toro de triunfo que fue ovacionado en el arrastre, Padilla realizó una larga faena con altibajos, perdiendo el trofeo tras estocada defectuosa y dos descabellos, dando la vuelta al ruedo entre algunas protestas.
LA DIFICIL FACILIDAD DE CASTELLACastella estuvo sobrado en su primero, parecía que estaba toreando en el patio de su casa, ante un toro de poca trasmisión. Faena larga y en ocasiones discontinua. que remató con una gran estocada, cortando la segunda oreja de la tarde. En el quinto, hay que acordarse dee que “lo que no puede ser no puede sery además es imposible”. El francés se topó con el peor toro del encierro ante el cual Castella lo intentó todo sin recompensa alguna, ante un toro rajao, reservón, sin recorrido, y que incomprensiblemente fue aplaudido en el arrastre. LOPEZ SIMON: ESTE VIENE PARA QUEDARSE
López Simón mostró los argumentos que lo han colocado en tan poco tiempo en el pelotón de cabeza del escalafón, y que además llega para quedarse. El de Barajas llegó rápido a los tendidos con su pausado templado y lento torear y andar en la cara del toro: torear sin toro, poniendo en valor aquello de “las prisas parra losa rateros y los malos toreros”. Ante uno de los mejores toros del encierro López Simón lo bordó con las diestra, la siniestra y con los pases de pecho a la hombrera contraria todo a base de una lentitud que entusiasmaba al respetable que pidió con mucha fuerza las dos orejas que Paco Mejías concedió y le daban el pasaporte para salir a hombros por la Puerta de Feria. No pudo redondear la tarde López Simón ante la descompuesta embestida del sexto de la tarde, que acabó refugiándose en tablas rajado tras verse sometido por la pelea que le planteó el joven gran valor del escalafón taurino.