IAM/Redacción Que la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell terminara su discurso de investidura gritando “Viva la república catalana”, para 24 horas después anunciar inicio al proceso de creación de “un Estado catalán independiente en forma de república”, advirtiendo por escrito que harán caso omiso a una más que probable suspensión por parte del Tribunal Constitucional, al que ven “deslegitimado”, Y ahondando en el choque institucional al añadir incluso que el futuro Gobierno hará cumplir “exclusivamente” las leyes del Parlamento catalán, suponen una provocación de tal magnitud (cabe incluso lo de chulería), que tensa tanto la cuerda hasta el punto de que puede romperse en cualquier momento, generando una situación que pone sobre el tapete el refrán de “a grandes males, grandes remedios”, apuntado por el presidente Rajoy, de forma tibia, contando con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, todo lo cual obligan a pensar que estamos ante la peor situación desde que llegó la democracia y generando La Incómoda:¿Ve solución al independentista catalán mediante el diálogo o se teme lo peor?