¿Presupuestos generales o electorales? Por: Ángel Luis Jiménez

Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 no sé si son electoralistas, pero responden a una anomalía que es la voluntad de Rajoy y sus asesores de aprobarlos apresuradamente y en una fecha sin precedentes. Sin embargo, no se sabe quién los gestionará después de las elecciones generales previstas posiblemente para noviembre o diciembre, y de las que no saldrá un nuevo Gobierno hasta finales de enero. Es evidente que el ministerio de Economía y Hacienda ha acelerado el paso para poner a disposición del presidente un instrumento más de captación de votos y ofrecernos su cara más amable y su mejor sonrisa ahora que vamos a ser llamados de nuevo a las urnas. Así que todo el aparato del Estado incluido sus presupuestos generales se han puesto esta semana a disposición de la máquina electoral del PP.El presidente Rajoy le ha dicho a Cristóbal Montoro que aumentara los gastos sociales el año próximo, después ya se recortará si fuera necesario, mejorara el sueldo de los funcionarios para recuperar su voto, restaurara la paga extraordinaria que se eliminó en 2012 y recortara la deuda. Rajoy también ha pedido a su ministro de Hacienda que describa en los presupuestos un mundo feliz donde la subida del gasto social, el aumento del gasto de personal y el déficit queden garantizados mágicamente por la subida de ingresos fiscales, y eso después de una rebaja prevista de impuestos. Pero eso que importa, si con estas manipulaciones presupuestarias se pueden ganar las elecciones. El PP ya nos tiene acostumbrados a estos brindis al sol cuando de dinero se trata. O de una catarata de bonitas palabras, pero huecas de contenido.Tampoco entiendo cómo va a cuadrar las cuentas Montoro. El año próximo el déficit público comprometido con Bruselas y su política de austeridad tendrá que bajar hasta el 2,8% del PIB (desde, en teoría, el 4,2% de este año), porque ni los aumentos del gasto social ni los de personal son coherentes con estos propósitos. Rajoy y Montoro tendrán que explicar a la troika con números indiscutibles, si no quieren ser castigados, cuál es la profundidad del ajuste que se ha ejecutado en 2015, cuánto es el que queda pendiente para 2016, cuánto se compensará con el aumento previsto de los ingresos y dónde se recortará, si fuera necesario, el gasto. Así que estos presupuestos son unas cuentas abocadas a enmendarse con reformas legales o decretos que debe convalidar el próximo Congreso de los Diputados. ¿Será posible?Cuando se publique este artículo se habrá cumplido una semana de la presentación de la ley de Presupuestos para 2016, que como he comentado contiene muchos factores de incertidumbre que pueden comprometer su cumplimiento. En primer lugar, la situación política actual anticipa que ningún partido político ganará las elecciones con mayoría absoluta, lo que abocará a enmendar y corregir las cuentas públicas. Los persistentes números rojos de la Seguridad Social también entorpecerán los Presupuestos -37.701 millones de euros ha sacado Rajoy en su mandato del fondo de reserva de las pensiones creado en el 2001-. Los ingresos tributarios estarían sobrevalorados según la tendencia de los últimos años, pues la recaudación real ha sido inferior a lo presupuestado. Y por último, los expertos creen que el déficit público para este año será mayor al previsto, lo que obligará al Gobierno a hacer un esfuerzo mayor para cuadrar las cuentas en 2016. Para mi estos presupuestos del señor Rajoy  han sobrepasado con creces los límites de lo obsceno y lo pagará en las urnas. No se puede engañar a todos los españoles todo el tiempo.

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