O sea, que el anterior jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, se extralimitó creando sus propias leyes por la cara, en su penosa campaña personal de persecución contra los representantes, legal y jurídicamente reconocidos y amparados por el ordenamiento jurídico, de la Asociación Unificada de Guardias Civiles.
Esta resolución de la DGGC tiene un calado bastante importante en Cádiz, pues hace sólo un par de semanas la jefatura de la comandancia de la Guardia Civil, en un vano intento de aparentar normalidad y rectitud en el trato hacia los subordinados, tras unas denuncias de abusos de autoridad, hizo publicar en prensa que (citando textualmente) “estas cosas no ocurren en la Guardia Civil en pleno siglo XXI”.
En conclusión podemos extraer de tal aseveración expresada por la jefatura de la comandancia, que no cejan en el esfuerzo por mantenernos en el siglo XIX que tanto añoran. Que mienten como bellacos, o ambas cosas.