“Nacido en octubre del 2000, este apuesto niño, ‘Rick’, fue traído hace un año de India, es obediente y deseoso de agradar”, dice uno de los anuncios
KIEL, EEUU (Reuters/EP)
Padres adoptivos y otras personas anuncian en Estados Unidos a los niños no queridos y los entregan a extraños, en un proceso con poco o ningún escrutinio del Gobierno, que a veces es ilegal, según reveló una investigación de Reuters.
Es el caso de Todd y Melissa Puchalla, que intentaron durante más de dos años criar a Quita, la conflictiva adolescente de Liberia que adoptaron. Cuando decidieron que no podían más, pusieron un anuncio en Internet y en menos de dos días hallaron nuevos padres adoptivos para la muchacha de 16 años.
Nicole y Calvin Eason, una pareja de treintañeros del estado de Illinois, respondieron rápidamente. En correos electrónicos, Nicole aseguró a Melissa que ella podría manejar a la muchacha. “La gente que me conoce cree que soy maravillosa con los niños”, escribió.
Unas semanas después, el 4 de octubre del 2008, los Puchalla condujeron desde su casa en Wisconsin a Westville, en Illinois. La entrega de la adolescente ocurrió en el Country Aire Mobile Home Park, un parque de casas rodantes donde vivían los Eason.
No intervinieron abogados, ni tampoco funcionarios de agencias de protección de niños. Los Puchalla simplemente firmaron una declaración ante un notario, entregando la custodia de Quita a unos desconocidos. La visita duró unas horas. Era la primera y la última vez que las parejas se verían las caras. Para Melissa Puchalla, los Eason “parecían maravillosos”.
Sin embargo, unos años antes, las autoridades habían quitado a Nicole Eason la custodia de sus dos hijos biológicos. Un asistente de alguacil escribió que la pareja tenía “tendencias violentas”. Además, el único documento oficial demostrando su capacidad como padres, en teoría escrito por un trabajador social que visitó el hogar de los Eason, era falso y fue creado por ellos mismos.
En la primera noche de Quita con los Eason, sus nuevos tutores la invitaron a dormir con ellos en la misma cama, recuerda hoy la muchacha. Los Eason dicen que jamás compartieron su lecho con ningún niño bajo su custodia, pero la joven tiene recuerdos muy nítidos: Nicole, dice, durmió desnuda.
Unos días después de dejar a Quita allí, Melissa Puchalla no lograba localizar a los Eason y no tenía idea de cómo estaba la muchacha. Las autoridades tardaron unas dos semanas en localizarla, sacarla de casa de los Eason y enviarla de vuelta a Wisconsin, sola en un autobús.
COMO MASCOTAS
Cuando llegó a Estados Unidos, Quita pensó que había arribado a “un lugar más lindo, un lugar más seguro. Pero acabó no siendo así”, dice hoy. “Terminó siendo una pesadilla”.
La adolescente acabó cayendo en el mercado subterráneo de adopciones de menores de Estados Unidos, una red donde los padres desesperados buscan nuevos hogares para los niños que se arrepintieron de haber adoptado. Igual que Quita, que hoy tiene 21 años, esos pequeños despreciados son normalmente víctimas de una adopción internacional que salió mal.
La práctica es llamada “realojo privado”, un término que se usa para las personas que buscan nuevos hogares para sus mascotas. Y a juzgar por las solicitudes publicadas en uno de ocho foros con anuncios de este tipo en Internet, los paralelos son asombrosos.
“Nacido en octubre del 2000, este apuesto niño, ‘Rick’, fue traído hace un año de India, es obediente y deseoso de agradar”, dice uno de los anuncios.
Una mujer que dijo ser de Nebraska ofreció un niño de 11 años que había adoptado en Guatemala. “Me avergüenza totalmente decirlo, pero realmente odio a este niño”, escribió en un mensaje en julio del 2012.
Reuters analizó 5.029 mensajes publicados en un período de cinco años en una cartelera de anuncios por Internet, en Yahoo. En promedio, un nuevo niño era anunciado cada semana. La mayor parte de los chicos tenían entre 6 y 14 años y fueron adoptados en el extranjero, desde Rusia a China, Etiopía o Ucrania. El más joven tenía 10 meses. Un participante se refirió a estos foros como “‘granjas’ donde seleccionar niños”.
Un niño de 10 años de Filipinas y otro de 13 años de Brasil fueron anunciados tres veces cada uno. Lo mismo ocurrió con una niña de Haití. Ella fue ofrecida para realojo a los 14, 15 y 16 años. “Se la hubiera entregado a un asesino en serie. Tan desesperada estaba”, escribió una madre sobre su hija de 12 años en un mensaje colocado en marzo del 2012.
Tras enterarse de los hallazgos de Reuters, Yahoo actuó con rapidez y desactivó Adopting-from-Disruption, un foro de seis años de antigüedad.
Una portavoz de la empresa dijo que la actividad del grupo violó el acuerdo de términos de servicio de la compañía. Yahoo desactivó después otros cinco grupos que Reuters señaló.
Un foro similar en Facebook, Way Stations of Love, continúa activo pero privado. Una portavoz de la red social dice que la página muestra “que la Internet es un reflejo de la sociedad”.
POCAS OPCIONES
Los padres que ofrecen a sus niños en Internet dicen tener pocas opciones. En los foros, aseguran que los hijos se volvieron abusivos y violentos, aterrorizándolos a ellos y a otros niños en la casa. “La gente se mete en camisa de 11 varas”, dijo Tim Stowell, un padre adoptivo que creó el grupo de Facebook el año pasado.
Como los realojos privados suelen evitar al Gobierno, el único veto a las futuras familias lo hacen los padres que quieren deshacerse de los niños. Eso aumenta el riesgo de que los chicos puedan caer en manos de gente peligrosa.
En el grupo analizado por Reuters, más de la mitad de los niños fueron descritos como con alguna necesidad especial. Cerca del 18 por ciento tenían una historia que incluía abuso sexual o físico.
“Si uno anuncia detalles de cosas como su abuso de sustancias o comportamiento sexual, eso hace ondear una bandera roja” para la gente malintencionada, dice Michael Seto, experto en abuso sexual de niños del Royal Ottawa Health Care Group en Canadá.
En julio del 2006, horas después de publicar un anuncio de un niño de 10 años que había adoptado por fuera del sistema de Estados Unidos, Glenna Mueller conoció a Nicole Eason y su amigo Winslow en la puerta de un hotel cerca de su casa en Appleton, Wisconsin. Mueller les entregó el niño junto a una nota. “Quería que el chico desapareciera”, dice la mujer, ex empleada de una guardería.
Pocos meses después, recuperó el niño luego de que un asistente social de Wisconsin le dijo que podía ser arrestada por no haber involucrado a las autoridades en el traspaso de la custodia, recuerda. El chico luego le contó que había pasado la mayor parte del tiempo en Illinois con Winslow.
Documentos judiciales muestran que Winslow, que en esa entonces tenía 41 años, vendió pornografía infantil durante el período que tuvo consigo al niño en Illinois.
Meses después a la partida del chico, Winslow alardeó en un chat sobre el abuso de menores y explicó cómo mantenerlo todo en secreto: “Simplemente hay que criarlos pensando que están bien y que no le digan a nadie”, escribió en una conversación con un agente federal encubierto.