IAM/Redacción Miguel Pérez, secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) en Cádiz, ha explicado cómo la dictadura y el control que unas cuantas transnacionales ejercen sobre la agricultura y la distribución de alimentos arruina la vida de los pequeños y medianos agricultores de todo el mundo. Pérez explicó cómo en la década de los 90 surgió el movimient0o Vía Campesina, que agrupa a organizaciones y movimientos sociales de uno sesenta países, que luchan por liberarse de esa dictadura globalizadora que con el control de los precios en los mercados de futuros o con el control de las semillas de los transgénicos han hecho de la alimentación un tremendo negocio para unos pocos quitando el derecho básicos a la alimentación a millones de personas en todo el mundo.Pérez explicó el concepto que frente a esa realidad enfrenta Vía Campesina, la soberanía alimentaria, que implica agricultura ecológica respetuosa con el medio ambiente, potenciación de las redes de comercio local y precios justos. El secretario provincial de COAG que la autogestión está en al esencia de la soberanía alimentaria, que sin unja la otra no es posible.Daniel Jover, educador, ha explicado que es partidario más de la eutopía, que de la utopía. Jover ha explicado que las eutopías son buenos lugares reales donde hay gente que vive ya según los cambios que queremos para el futuro, inspirados por las utopías. Ha destacado la cooperativa de crédito surgida en Cataluña cuando hace años, tras el cierre especulativo de la editorial Bruguera, 57 trabajadores se negaron a aceptar las condiciones del despido, denunciaron, ganaron en el juzgado y unieron sus indemnizaciones en una cooperativa de crédito que hoy en día tiene diez millones de euros distribuidos en créditos a cooperativas y empresas de economía social de toda España.Jover destacó algunas eutopías que hay en el sector agrícola, como varias cooperativas agroganaderas en Tierra de Campos, en Palencia, y advirtió que la autogestión y el éxito de las cooperativas sólo están asegurados si en ellas participan personas con valores. Personas que sepan pensar, tengan valores y una cultura de respeto, laboriosidad, honestidad y veracidad. También advirtió de los riesgos de la auto explotación y dijo que emprender en equipo, con valores de la clase trabajadores es algo muy diferente al modelo de emprendedor yupi e individualista que se fomenta desde el poder.Joan Corominas, educador y cineasta, presentó su documental Educar es la mejor manera de luchar. Antes de su proyección afirmó que el movimiento de los campesinos sin tierra de Brasil comparte su preocupación por la educación con el movimiento obrero español de finales del XIX y principios del XX. Advirtió que los movimientos sociales que en estos momentos están surgiendo en España deberían también hacer de la educación pública, democrática y participativa unos de sus ejes centrales. Frente al sistema educativo controlado y controlador del poder capitalista neoliberal, frente a la escuela que exigen el FMI y el Banco Mundial a través del el informe PISA, Corominas defendió la escuela cercana al barrio, liberadora, y en formación permanente. Corominas recordó al pedagogo Pablo Freire, que dijo que la educación más liberadora es la que está basada en el amor, y añadió que el cariño, las relacione afectivas entre educandos y educadores son imprescindibles para una verdadera educación. La libertad, la relación con la naturaleza, o la autogestión son otros temas que a juicio de Corominas deben estar presentes en un buen proyecto de educación. Corominas explicó luego cómo es la estrategia de los trabajadores sin tierra del campo brasileño: ocupación de tierras, diálogo y presión para que el estado las coim0pre y se las ceda en usufructo a los trabajadores, y asentamiento para producir siempre con modelos agroecológicos. Ocupar, resistir y producir es el lema de un movimiento que tiene presencia ya en más de veinte estados de Brasil.