TCAM/REDACCION
Tanto el teniente de alcalde delegado de Urbanismo, Diego Gonzalez de la Torre, como EPSA, los vecinos y la asociación Puerto Blanco conocen nuestra preocupación por la situación de las ocho familias del número cuatro de la calle Segre, en La Piñera, afectadas por la explosión de gas butano que provocó un hombre en lo que apunta presuntamente a un intento de agredir a la que era su pareja. Y mientras la señora Conesa intenta descalificarnos, los problemas de falta de corriente eléctrica y los daños en techos y en las tuberías de abastecimiento de agua en el edificio permanecen.La respuesta no puede ser sólo la aplicación de un protocolo, sino que hay que arbitrar medidas para paliar los problemas generados en el vecindario y prevenir para que no haya nuevas consecuencias. Tampoco la respuesta puede ser intentar intoxicar a la opinión pública mezclando en este asunto intereses partidistas que no existen. “A la señora Paula Conesa o le han informado mal o lo hace conscientemente para intentar enredar, cuando la que realmente está hecha un lio en este asunto es ella, que demuestra su escasa sensibilidad ante los problemas de ocho familias con escasos recursos económicos en su mayoría”, afirma el concejal Miguel Alberto Diaz.El Grupo Municipal Socialista propone una intervención más efectiva del Ayuntamiento para intentar aliviar los problemas que se dan en el inmueble debido a la explosión y los que tienen a partir de ese siniestro las ocho familias afectadas, porque muchas de ellas siguen acogidas por familiares.“Lo que ha quedado demostrado es que la señora Conesa no parece tener la sensibilidad que se necesita para gestionar una delegación como Bienestar Social, la primera a la que acuden los ciudadanos que tienen serios problemas para el sostenimiento de sus familias”, concluye Miguel Alberto Diaz.