TCAM-OPINIÓN/Alejandro Castro
Parece que fue ayer cuando en España se vivía un era de vacas gordas y lustrosas, que daban leche sobrada para todos, y que además parecía que no iba a tener fin. Parece que fue ayer, repito, y a estas alturas del almanaque a la que estamos, agosto del 2012, se cumplen cinco años, todo un lustro de que las vacas están famélicas y no dan leche nada más que para unos pocos, los cresos y ricos. Los españoles hemos pasado de estar en el país de Alicia, el de las mil maravillas, a que nos reine la desesperación y más que el temor, el miedo a un futuro cada vez más negro. Y como no vamos a estar temerosos si el quinto aniversario de la crisis financiera se cumple en España con un rescate europeo de 100.000 millones a la banca y un segundo rescate a la vista para la deuda soberana que podría materializarse a partir de septiembre, como ha dejado entrever el presidente Mariano Rajoy.”Ay de este happy birthday”, dicho en el idioma de los llanitos que son los que mejor viven, ya que en castellano suena a cachondeo y la cosa no está para broma alguna. Y es que se cumple el lustro de la debacle del euro, y cinco años después seguimos en crisis. Una crisis que en el 2007 pocos, muy pocos, creíamos que fuese a durar tanto, pero lo ha hecho. En España, la primera doble recesión de su historia, la ingobernable tasa de paro, que alcanza casi el 25% de la población activa, el PIB, que dicen no crecerá hasta pasado el 2013 y la prima de riesgo, amenazan con el rescate total de su economía. Los “poderosos” hunden la economía española y nosotros, los españolitos de a pie, debemos afrontar duros ajustes a cambio de que nos rescaten.Y mirando para dentro, para mi tierra, ya que soy algecireño, me entristece leer en las noticias locales los datos del paro, cuyas cifras son escalofriantes ya que pese al descenso estacional de julio, que dejó 206 parados menos, su cifra final es de 16.851 desempleados. Y que decir de otros titulares periodísticos, que profundizan el pesimismo y hasta la desesperación e impotencia reinante, como por ejemplo el de que Algeciras registra el dato más bajo de locales comerciales en diez años. El paisaje que se atisba ahora, cinco años después, en nada se parece a los momentos dulces del 2007, en los que el sistema financiero español se decía que era el más solvente del mundo.