TCAM-NACIONAL/DAVID SAN JOSÉ
Es triste y, cuando sucede, produce impotencia, rabia… pero a veces ‘el otro fútbol’ se impone al juego bonito y de combinación. La posesión sin profundidad no gana partidos. El Barsa, como de costumbre, comenzó mandando, moviendo al Chelsea de lado a lado y esa fue la tónica general a lo largo de los 90 minutos. Eso casi siempre da resultado y esta vez parecía que no iba a ser una excepción, pues no corrían ni 10 minutos cuando Iniesta, siempre Iniesta, encontraba a Alexis en la frontal. El chileno picó el cuero ante la salida de Cech, pero su intentó se estrelló con el travesaño.
El equipo inglés sólo jugaba mediante balones en largo a Drogba. Di Matteo no quería permitir ninguna pérdida en el centro del campo y la manera más fácil de no ceder el balón es no tenerlo. Por eso, tanto Cech como los centrales mandaban al marfileño a la guerra una y otra vez, eso sí, Drogba encantado.
Mientras tanto, el Barsa a lo suyo, pero el meta checo era un auténtico muro. Las ocasiones se sucedían… Después de un gran slalom, Messi encontraba a Fábregas y el ex del Arsenal se la picaba sutilmente a Cech. El cuero llevaba marchamo de gol, avanzaba muy lentamente con destino línea de meta, pero Cole llegó para evitar que la cruzara.
El partido iba a llegar al descanso y el colegiado alargó dos minutos a consecuencia de la teatralidad de Drogba, que se iba al suelo una y otra vez en cuanto notaba un roce.
Lo peor estaba a punto de suceder. Una pérdida fatal de Messi en la medular acababa en una contra diabólica del Chelsea. Ramires controlaba con el pecho y avanzaba raudo, eléctrico y veloz en perpendicular a la meta de Valdés. Puyol y Mascherano llegaron a cerrarle, pero el brasileño conectó con Drogba, que le acompañaba por el otro lado… su remate, en semifallo y mordido, acabó en la red. Golpe moral importante cuando los equipos estaban a punto de tomar el túnel de vestuario.
Inoperancia ofensiva
Comenzó la segunda mitad y el guión del partido no cambió demasiado. El Chelsea retrasó aun más sus líneas y renunció a un segundo gol que podría ser definitivo. El catenaccio en versión inglesa había llegado a Stamford Bridge. El Barsa la seguía moviendo sin oposición, pero casi siempre en horizontal, sin encontrar ese pase clave. La única vez que lo hizo fue Fábregas el que asistió a Alexis de forma magistral, por encima de la zaga, pero el chileno se entretuvo demasiado y terminó echándola fuera.
A partir de entonces, los azulgrana se encontraron impotentes. Era un quiero y no puedo por parte de los de Guardiola y Cech no tuvo que volver a intervenir hasta el minuto 87, cuando Puyol peinaba una falta botada por Messi. La parada del checo, una vez más, antológica.
Así se llegaba al 90 y, de nuevo en el añadido, estuvo a punto estuvo de llegar el segundo del partido. Pedro la rompía con la zurda, pero su disparo se estrellaba contra el poste; el rechace lo cazaba Busquets y lo tiraba a las nubes cuando el cancerbero ya estaba batido.
El Barcelona tuvo un accidente en la primera mitad y no supo reaccionar en la segunda. Contra todo pronóstico, Madrid y Barsa, los dos máximos favoritos para ganar la Champions han caído en el primer encuentro… veremos si lo pueden levantar en el partido de vuelta.