“Has jugado con el sentimiento de un país!”, le dijo aquella noche, como capitán del Barça, a Losantos Omar después de que anulara un gol, el tercero, de Rivaldo, que habría supuesto la victoria. José Mourinho lleva tiempo mentándole. Ayer dijo basta y le respondió como Josep Guardiola antes que como entrenador del Barcelona.
“En la sala de prensa, es el puto amo; le doy la ‘Champions’ de fuera del campo”
“Puedo sacar una lista de agravios, pero no acabaremos; puedo hacer hasta 2.500″Le pidieron respuesta a las acusaciones de Mourinho. Y le contestó. Llegó preparado: “Como el señor Mourinho me ha tuteado, me ha llamado Pep, yo le llamaré Jose”, dijo para empezar. Siguió: “No sé cuál es su cámara. Deben de ser todas estas”, añadió antes de lanzar su mensaje: “Mañana, a las 20.45, jugamos un partido. Él ya ha ganado durante todo el año fuera del campo. Le regalo su Champions. Que se la lleve a casa. Nosotros jugaremos, ganaremos o perderemos. Normalmente, gana él porque le avala su trayectoria. Nosotros, con victorias más pequeñitas que provocan admiración, nos contentamos”. Siguió con el monólogo de 2m 20s, imparable: “Puedo sacar una lista de agravios, pero no acabaremos: él habla de Stamford Bridge y yo puedo hacerlo de 2.500 agravios, pero no somos un club tan grande; no tenemos secretarios, árbitros, directores generales que me apunten esas cosas. Así que solo saldremos a intentar ganar”. Lanzado, entró en el cuerpo a cuerpo sin tapujos: “En esta sala, el puto jefe, el puto amo, es él. Es el que más sabe del mundo. Yo no quiero competir ni un instante. Solo le recuerdo que estuvimos cuatro años juntos [en el Barça]. Él me conoce y yo le conozco. Con eso me quedo. Si él se quiere quedar con lo que dicen los amigos de la prensa escrita, de los amigos de Florentino, y les hace más caso que a la relación que tuvimos, tiene todo el derecho. Puede seguir leyendo a Alberto [Einstein]. Que lo haga con toda libertad o que lea a los amigos de Florentino, a toda la central lechera, y que decida lo que le plazca. No voy a justificarme de nada. Dije que nos ganaron por un detalle; por la buena vista de un linier, que acertó. Yo solo felicité al Real Madrid por la Copa, que ganó merecidamente en el campo contra un buen equipo. ¡Eh, Jose! No sé cuál es tu cámara, pero ahí va”.
Y, aprovechando las insinuaciones de Sergio Ramos sobre el teatro de los futbolistas del Barcelona, prosiguió: “Hace seis años, Jose ya dijo eso. Convenció a los jugadores del Chelsea como ahora a los del Madrid. La verdad es que se puede evolucionar y buscar otra estrategia”. Entonces, llegados a ese punto, tranquilo, recordó a Mourinho su pasado azulgrana: “Ha estado en esta casa y sabe que hacemos muchísimas cosas mal, pero siempre jugando al fútbol. Lo aprendió en esta casa, que le ayudó a formarse como entrenador, como a mí”. Y terció: “Viendo a Ramos ayer, pensé que era una cosa suya, pero hoy me ha quedado claro que no. No fue tan personal como pensaba”.
Insistió Guardiola en el deseo de ganar al Madrid a partir del juego, incluso con la baja por lesión de Iniesta, y a pesar de contender con jugadores que “son muy buenos” y de que mediáticamente el Barcelona no puede competir con el club que preside Florentino Pérez. “El Madrid tiene nueve Copas de Europa”, recordó; “nosotros, hace tres días, no teníamos ni una y ahora venimos aquí con 12 chicos de la cantera a luchar por el trofeo con el Madrid de Cristiano, Di María, Özil, Benzema… Hasta siete delanteros fantásticos”.
“Yo”, abundó, “intento aprender de Mourinho las cosas que hace dentro. De lo que hace fuera, no. Ahí es mucho mejor”. Por una vez, sin embargo, no paró de retar al portugués. “Hoy me ha llamado Pep. Pues, ¡eh, Jose, aquí estoy!”, le soltó antes de recordar que el Barça es un equipo pequeño que representa “a un país tan pequeño que desde un campanario se ve otro campanario”, en alusión a una canción de Lluís Llach. “Nos hemos caído muchas veces y nos hemos levantado siempre”, concluyó.¿Harto de tanto Real Madrid – Barcelona? Cinco motivos para ver el de este miércolesCuatro partidos del siglo en menos de veinte días. Ya se han disputado la mitad, el de Liga y el de Copa, y quedan pendientes los dos que conforman la semifinal de la Champions League. Una sobreexposición que puede terminar con la paciencia de muchos. Pero todavía hay muchos motivos para no renunciar y ver este miércoles el Real Madrid – Barcelona.
Lo que han demostrado los dos clásicos que ya se han disputado es que el Real Madrid ha encontrado la manera de jugar al Barcelona, y hacerle daño. La incorporación de Pepe en el centro del campo blanco ha sido la tecla para cortocircuitar el fútbol asociativo del Barcelona, y Guardiola no ha dado con la manera de solventar este problema. La segunda parte en Mestalla fueron los mejores minutos de los azulgranas, en los que tuvieron la oportunidad de tumbar a los blancos, pero la falta de acierto en el remate lo impidió. Con muchas bajas en defensa, el entrenador blaugrana tendrá que encontrar su propio antídoto ante Mou.
Hay una final de la Champions League en juego.
Si el Barcelona sale ganador de la eliminatoria, tendrá la oportunidad de conquistar su cuarta Copa de Europa en Wembley el próximo 28 de mayo. Si es el Real Madrid, ante sí dispondrá de la opción de lograr la ansiada Décima. Los azulgranas podrían consagrarse como los grandes dominadores del fútbol mundial con su tercer título continental en las últimas seis temporadas, mientras que los blancos pueden romper esta hegemonía. Pase lo que pase, en Londres habrá un equipo de nuestra Liga disputando el título.
Messi: ¿tendrá por fin una actuación estelar?
El argentino ha sido una de las grandes ausencias de los dos clásicos disputados hasta el momento, ya que no ha lucido como acostumbra. ¡Y eso que fue el autor del único gol que le ha marcado el Barcelona al Real Madrid! Pero de La Pulga siempre se espera más. El entramado defensivo que ha tejido Mourinho ha logrado anularle, pero pocas veces Messi ha disputado más de dos partidos sin ser el protagonista. Todo apunta a que en el Bernabéu, reaparecerá
Las rencillas entre los integrantes de La Roja.
En dos encuentros de tanta tensión, con equipos como Real Madrid y Barcelona como contendientes, era previsible que surgieran piques entre jugadores. Lo sorprendente, e inesperado, ha sido que estos aparecieran entre compañeros en la selección española. Arbeloa con Villa, Sergio Ramos con Piqué, Xabi Alonso con Busquets, han sido muchos los enfrentamientos y roces que se han producido en los 210 minutos de clásicos que ya se han disputado, incrementados con mensajes en diferentes redes sociales o recados en los medios de comunicación. ¿Seguirán o cesarán
Y el jueves todo el mundo hablará de ello.
Es el tercer choque, todavía resta uno más, pero (todavía) no hay sobredosis. Además, el hecho de que sea un partido de Champions le da una dimensión global que los dos previos no tenían. Al día siguiente, este jueves, todo el mundo tendrá algo que decir sobre lo que sucedió en el césped de Santiago Bernabéu. En el trabajo, en la cafetería, en el autobús, allá donde vaya, gente que sabe de fútbol, y también algunos que no han dado una patada a un balón en su vida (y que incluso pueden no haber visto el encuentro), tendrán algo que decir. Si no quiere quedarse fuera de las conversaciones, y opinar
Cuatro partidos del siglo en menos de veinte días. Ya se han disputado la mitad, el de Liga y el de Copa, y quedan pendientes los dos que conforman la semifinal de la Champions League. Una sobreexposición que puede terminar con la paciencia de muchos. Pero todavía hay muchos motivos para no renunciar y ver este miércoles el Real Madrid – Barcelona.
Lo que han demostrado los dos clásicos que ya se han disputado es que el Real Madrid ha encontrado la manera de jugar al Barcelona, y hacerle daño. La incorporación de Pepe en el centro del campo blanco ha sido la tecla para cortocircuitar el fútbol asociativo del Barcelona, y Guardiola no ha dado con la manera de solventar este problema. La segunda parte en Mestalla fueron los mejores minutos de los azulgranas, en los que tuvieron la oportunidad de tumbar a los blancos, pero la falta de acierto en el remate lo impidió. Con muchas bajas en defensa, el entrenador blaugrana tendrá que encontrar su propio antídoto ante Mou.
Hay una final de la Champions League en juego.
Si el Barcelona sale ganador de la eliminatoria, tendrá la oportunidad de conquistar su cuarta Copa de Europa en Wembley el próximo 28 de mayo. Si es el Real Madrid, ante sí dispondrá de la opción de lograr la ansiada Décima. Los azulgranas podrían consagrarse como los grandes dominadores del fútbol mundial con su tercer título continental en las últimas seis temporadas, mientras que los blancos pueden romper esta hegemonía. Pase lo que pase, en Londres habrá un equipo de nuestra Liga disputando el título.
Messi: ¿tendrá por fin una actuación estelar?
El argentino ha sido una de las grandes ausencias de los dos clásicos disputados hasta el momento, ya que no ha lucido como acostumbra. ¡Y eso que fue el autor del único gol que le ha marcado el Barcelona al Real Madrid! Pero de La Pulga siempre se espera más. El entramado defensivo que ha tejido Mourinho ha logrado anularle, pero pocas veces Messi ha disputado más de dos partidos sin ser el protagonista. Todo apunta a que en el Bernabéu, reaparecerá
Las rencillas entre los integrantes de La Roja.
En dos encuentros de tanta tensión, con equipos como Real Madrid y Barcelona como contendientes, era previsible que surgieran piques entre jugadores. Lo sorprendente, e inesperado, ha sido que estos aparecieran entre compañeros en la selección española. Arbeloa con Villa, Sergio Ramos con Piqué, Xabi Alonso con Busquets, han sido muchos los enfrentamientos y roces que se han producido en los 210 minutos de clásicos que ya se han disputado, incrementados con mensajes en diferentes redes sociales o recados en los medios de comunicación. ¿Seguirán o cesarán
Y el jueves todo el mundo hablará de ello.
Es el tercer choque, todavía resta uno más, pero (todavía) no hay sobredosis. Además, el hecho de que sea un partido de Champions le da una dimensión global que los dos previos no tenían. Al día siguiente, este jueves, todo el mundo tendrá algo que decir sobre lo que sucedió en el césped de Santiago Bernabéu. En el trabajo, en la cafetería, en el autobús, allá donde vaya, gente que sabe de fútbol, y también algunos que no han dado una patada a un balón en su vida (y que incluso pueden no haber visto el encuentro), tendrán algo que decir. Si no quiere quedarse fuera de las conversaciones, y opinar