Comienza en la Audiencia Nacional el juicio por el atentado mortal con machete en dos iglesias de Algeciras

La Fiscalía pide para el acusado, el marroquí Yassine Kanjaa, 50 años de cárcel por matar a un sacristán y herir a dos sacerdotes en 2023.  Diagnosticado con problemas mentales, permanece ingresado en un centro psiquiátrico de forma preventiva.  Residía en Algeciras desde un año antes y tenía abierto un expediente de expulsión por entrada irregular en España.

Este lunes comienza en la Audiencia Nacional el juicio contra Yassine Kanjaa, el presunto yihadista que irrumpió con un machete y al grito de Alá en dos iglesias de Algeciras (Cádiz), asesinó al sacristán Diego Valencia e hirió de gravedad al sacerdote Antonio Rodríguez el 25 de enero de 2023.

El acusado, ingresado en un centro psiquiátrico de forma preventiva y diagnosticado con problemas mentales, se enfrenta a una petición del fiscal de 50 años de cárcel por delitos de asesinato, tentativa de asesinato y lesiones, todos ellos de carácter terrorista.

Kanjaa ha sido diagnosticado con un cuadro psicótico de probable filiación esquizofrénica, si bien se considera que la afectación de sus facultades intelectivas y volitivas, aún siendo severa, no era completa, por lo que la Fiscalía aprecia la eximente de anomalía o alteración psíquica como incompleta.

La acusación popular ejercida por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) reclama para él 8 años más de cárcel. La Fiscalía también solicita que indemnice con 150.000 euros a la viuda del sacristán y con 50.000 euros a cada uno de sus hijos; a los herederos del sacerdote herido grave (que falleció casi un año después) con 17.000 euros, y con 3.700 euros a otro sacerdote que resultó herido de menor gravedad.

Kanjaa, de nacionalidad marroquí, residía en Algeciras al menos desde el 16 de junio de 2022, cuando fue identificado y se comprobó que había entrado irregularmente en España y carecía de documentación, lo que motivó que se le abriera un expediente de expulsión, según relata el fiscal.

Momentos antes del ataque mortal, entró en la iglesia de San Isidro e increpó a una persona. Después se fue al domicilio en el que vivía, apagó su móvil, lo guardó en un cajón, cogió un machete de grandes dimensiones y salió de nuevo a la calle vestido con una chilaba negra. En el camino se cruzó con el sacerdote que resultó herido más leve y le abordó por la espalda, “propinándole un golpe a la altura de la ceja derecha, rompiéndole las gafas, luego lo golpeó en el hombro.

El sacerdote huyó y Kanjaa entró a la iglesia de San Isidro cuando se estaba oficiando misa. Se dirigió al altar y el sacerdote, Antonio Rodríguez, intentó salir por el pasillo central, pero el acusado le persiguió y le golpeó hasta que cayó al suelo. Ahí le asestó con fuerza un golpe con el machete en la nuca, hiriéndole gravemente.

A continuación, el acusado se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma. Entró en el patio del templo y se encontró con el sacristán Diego Valencia. Kanjaa fue hacia él y comenzó a golpearle con el machete. El sacristán salió de la iglesia, mientras el acusado le perseguía y le golpeaba con el arma hasta que cayó al suelo en el centro de la Plaza Alta de Algeciras. Ahí, el acusado le propinó “dos golpes fuertes con el machete, uno en el cuello y otro en la cabeza”, que le causaron la muerte.

Después continuó andando hasta el Mirador del Muro, donde finalmente dejó el machete en el suelo y se arrodilló, momento en el que fue detenido por agentes de la Policía Local de Algeciras.

Los hechos de Algeciras, indica el fiscal, presentan similitudes con los ocurridos en la Basílica de Notre Dame de Niza, el 29 de marzo de 2020, donde un inmigrante de 21 años asesinó con un cuchillo a tres personas, y con los de la iglesia parroquial de Saint Etienne de Rouvray donde un sacerdote fue degollado durante la celebración de misa, el 26 de julio de 2016, ambos en Francia.