Asaja y Coag Andalucía responsabilizan en cierta medida al ministro de Agricultura, Luis Planas, de no haber sido invitadas a un foro de debate este martes en el Puerto de Algeciras sobre los controles fronterizos en el tráfico internacional de mercancías.
En un comunicado conjunto, subrayan que este evento “histórico” reúne “por primera vez” en España a todos los ministerios competentes, responsables de la mayoría de las autoridades portuarias españolas, representantes de los transitarios, asociaciones de distribuidores y de las empresas del sector agroalimentario. Sin embargo, critican que no se ha contado con los representantes de las organizaciones profesionales agrarias para esta cita.
En este sentido, Asaja y Coag afirman que, aunque no haya sido el Ministerio de Agricultura el principal convocante de este foro, Planas tendría que haber intercedido para que los representantes de los agricultores y ganaderos estuvieran presentes en este debate de “máximo interés para el sector” que, además, se encarga de clausurar el propio ministro.
Así, consideran este hecho como “un acto más de desprecio” de Planas hacia los agricultores y ganaderos, y lamentan que queda patente, una vez más, que “este ministro no nos representa”. “Tenemos al enemigo en casa”, aseveran ambas organizaciones, que lamentan no haber sido invitadas al foro “a pesar de que la mejora del control fronterizo de las mercancías importadas es una de las principales reivindicaciones del sector agrario”.
Desde Asaja y Coag, recuerdan que el sector agrario andaluz se manifestó el pasado 22 de febrero en Algeciras, cuando miles de agricultores y ganaderos lograron bloquear durante horas el Puerto, una de las principales entradas de la mercancía importada de países extra comunitarios que, sin el “debido control”, llegan al mercado agroalimentario europeo, “convirtiéndose en competencia desleal para nuestros agricultores y ganaderos”.
Según ambas organizaciones, estas importaciones de terceros países “hacen bajar el precio de los productos agroalimentarios en origen”, ya que “no compiten en igualdad de condiciones, incumpliendo los requisitos exigidos para los productores europeos, tanto en lo que se refiere a seguridad alimentaria, derechos laborales y normativas medioambientales”.
