Ahora 2010 es para él “un año ilusionante, que me va a dar muchos años de vida, mucho más que el propio año. Será bonito porque quiero ganarme las corridas como toda mi vida, una a una. Este año llevará un brindis muy especial a tres mujeres: mi madre, Rocío y mi hija Gloria”. El torero José Ortega Cano, camino de cumplir 36 años de alternativa, sueña aún con salir a hombros por la Puerta del Príncipe de La Maestranza de Sevilla en 2010, el año que se ha fijado para despedirse definitivamente del toreo en activo. “Hay todavía muchas cosas pendientes en mi carrera, y una de ellas es Sevilla, donde he cuajado toros importantes, aunque por circunstancias, fundamentalmente el fallo a espadas, nunca conseguí las dos orejas de uno. Ahora sigo muy mentalizado para conseguirlo”.Domecq y más Domecq
Ortega se refirió también a la actualidad de la fiesta, los frentes que tiene abierto el espectáculo, por ejemplo, en Cataluña, “aunque eso no es tanto como la desaparición de encastes y ganaderías”. “El negocio de ganadero de bravo es cada vez menos rentable -dijo-, y lo prueba que las generaciones nuevas no quieren saber nada de esto”, recalcando que “si quitamos a Victorino, Miura y dos o tres más, lo demás es Domecq y más Domecq, y eso si es preocupante”. A este respecto, al preguntársele por el tipo de toro, el encaste que prefiere, el diestro indicó “el que tiene voluntad de embestir”.Retirado en Jaen (1998) y en Vistalegra (2003)iRetirado por dos veces de manera oficial, con corte simbólico de coleta en las dos, en Jaén el 16 de octubre de 1998, y en Vistalegre (Madrid) el 21 de noviembre de 2003, Ortega justificó los regresos posteriores porque “el toreo fue siempre para mí una necesidad anímica”. A la pregunta de si se siente joven y con fuerzas para afrontar el reto del toro en el ruedo, Ortega fue tajante: “los toreros, con el paso de los años, ganan en bouqué, en torería. Eso es lo que hay que mirar”. Y al respecto, cuando se le inquirió por los espejos que ha tenido en la profesión no dudó en invocar a “los toreros de pellizco. Ahí está el maestro Julio Aparicio, padre, [presente en la sala], “El Viti”, Antonio Ordóñez y tantos otros”. Otra inquietud de Ortega es “que la temporada venga sin percances para no dar disgustos a los que me quieren. Aunque sepan todos que mi corazón late con fuerza. Que a mis 53 años que voy a cumplir el 23 de este mes de diciembre, quiero ser torero figura apasionante”.