IAM/Antonio Rodríguez A bote pronto de forma facilona aunque ventajista, se puede decir que los carteles de la feria taurina de Algeciras son “manifiestamente mejorables” (como todo en esta vida).Foto Paco Gallardo
Pero entiendo que para realizar un examen a la combinación de toros y toreros que configuran los carteles de la Feria Real de Algeciras, organizada por la nueva empresa adjudicataria de la plaza de toros de Las Palomas “Lances de futuro” cuya cabeza visible es Garzón, y ser justos en nuestra crítica, hay que situarse en el contexto actual de la Fiesta en general y de la plaza y afición de Algeciras muy en especial. Y para ello es obligado mirar hacia atrás y establecer las que se dicen son odiosas comparaciones, pero a la vez necesarias para ponernos en situación.
Las plazas de toros de Algeciras, y el plural viene dado por la añorada “La Perseverancia “ y la actual de “Las Palomas”, tenían un gran peso específico en el mundo del toro y las ferias de Algeciras eran consideradas como de las mejores de Andalucía.
Solera e importancia que aunque nos cueste reconocerlo se ha ido perdiendo y hoy está bajo mínimos.Los toreros y nos referimos a las máximas figuras del momento tenían entre sus objetivos prioritarios para la temporada el hacer el paseíllo en Algeciras. Y esto no es chauvinismo sino una realidad que se demuestra a través de más de un siglo de carteles de toros.
En cuanto a los empresarios, demostrado está asimismo que hacían cola para acudir al concurso de la adjudicación de nuestra plaza. Concursos de lo más disputado hasta el punto de que más de una vez su fallo terminó en los juzgados.
Por Algeciras y su plaza han pasado cantidad entre los que ha habido de todo “como en botica”. Por Algeciras han pasado empresa con plaza y que al final de su faena empresarial dejaban intacta esa importancia, Y uno de esos referentes fue el empresario, Emilio Miranda. Por el contrario ha habido otros que hicieron lo contrario ya que su quehacer empresarial fue perjudicial, y aquí el que se lleva la palma, fue el nefasto Paco Dorado con el que empezó la caída libre. Tampoco han faltado de categoría que no dieron la talla como Los Lozano (una apuesta personal de Tomás Herrera un alcalde muy taurino) que pasaron con más penas que gloria.
Como final de este primer envió mirando hacia atrás la conclusión es la que coloco como titular: añoranza.