IAM/Getout.es Vemos no hace mucho tiempo como delincuentes disfrazados de aficionados del fútbol se enzarzaban en disturbios y agresiones con el fatal desenlace de una muerte, refiriéndonos al fallecimiento del aficionado del Deportivo de La Coruña, siendo noticia de portada en todos los medios y reuniones a todos los niveles para que estos hechos deleznables no vuelvan a ocurrir, no obstante pienso que se acabaría pronto, con estos incidentes echando de los campos a estos criminales por parte de quien tiene la mayor responsabilidad, los clubes de futbol. En contraposición en el mundo de los toros se llevan a cabo agresiones como la que sucedió en la Universidad San Pablo CEU, en unas jornadas taurinas, una de ellas con fractura del humero, con provocaciones en la entrada de los recintos taurinos con concentraciones en algunos casos sin la correspondiente autorización oficial, con insultos a quienes asistimos a un espectáculo cultural, legal y autorizado, solo recogido por medios taurinos y algún medio aislado.
Que hubiera pasado si los incidentes del futbol se hubieran producido en los toros, pues sencillamente hubiera dado más cancha a los antis y a los que se ponen de lado, opinando solo cuando les conviene, que la Tauromaquia debe de desaparecer.
El segundo espectáculo de masas en España, no tiene ni un comentario en televisiones nacionales siendo un espectáculo que en IVA ha aportado 28,4 millones de euros, en el año 2014, superando al cine español, no tiene ninguna marca publicitaria que quiera poner su nombre al lado del toro, cuando esta es fuente de financiación de otros espectáculos, siendo el evento más benefactor de toda la cultura, con los más necesitados y desfavorecidos, y en Europa los nuestros, si los de aquí, españoles quieren quitar las subvenciones al ganado bravo que no es así, sino a la vaca de vientre, para mutilar la materia prima de la fiesta de los toros.
A diferencia de nuestro vecino Francia, donde se exportó esta fiesta, y donde cada día que pasa se encuentra más estructurada, y protegida, por el tejido politico, judicial y económico, aquí quieren cargarse una tradición cultural de miles de años.
Aquí en este espectáculo existen muchos errores y cosas que mejorar y reconvertir, pero de lo que no cabe duda de que si no existe voluntad, por parte de quien tiene la potestad de legislar y de ejecutar las leyes, dejando al libre albedrio de delincuentes que agreden, insultan, y manejan a su antojo, contra este arte, y sus aficionados, mal camino llevamos, porque lo que no se puede consentir es de que en un país democrático, haya ciudadanos que no puedan manifestar libremente su fidelidad y su pasión a los toros.