Desde que ayer se produjeran las primeras entradas sin control por parte de Marruecos, ya se apuntaba desde diversas fuentes a que pudiera ser una medida de represalia del Gobierno alauita después de que España haya acogido en un hospital al líder del Frente Polisario.
En este sentido, la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha asegurado hoy que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, “y se tienen que asumir”, en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Por su parte, la comisaria de Interior, la socialista sueca Ylva Johansson, ha avisado este martes a Marruecos de que su frontera con Ceuta es también “frontera con la Unión Europea” y ha instado a Rabat a cumplir con sus compromisos de control del paso de migrantes irregulares y frenar la llegada “sin precedentes” que se está registrando desde el lunes en la ciudad autónoma.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que la integridad territorial de España y la tranquilidad de los ciudadanos de Ceuta y Melilla está garantizada “con todos los medios necesarios” y ha anunciado que viajará a sendas ciudades autónomas este mismo martes.