Así lo han confirmado fuentes policiales a Europa Press después de que el arrestado fuera localizado en el referido zulo donde custodiaba más de 400 kilos de hachís. En el registro realizado, los agentes intervinieron dos armas largas de fuego, una de ellas de guerra, con las que el detenido disparó a los agentes en el momento de realizar la entrada en el inmueble.
Desde el pasado mes de noviembre, la Policía Nacional lleva a cabo una investigación para detectar viviendas que son utilizadas como ‘guarderías’ de hachís. Durante los meses de noviembre y diciembre se ha venido desarrollando un dispositivo de vigilancia incidiendo principalmente en horas de madrugada y fines de semana, ya que es cuando menor presencia policial hay, siendo esta circunstancia aprovechada por las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de hachís para alijar y poner a buen recaudo la sustancia estupefaciente con mayor impunidad.
En la mañana de este pasado domingo, sobre las 8,30 horas, los investigadores de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Algeciras observaron la presencia de un vehículo todoterreno que levantó las sospechas de los agentes debido a que este tipo de vehículos son utilizados por las organizaciones dedicadas al narcotráfico para alijar y transportar los fardos de hachís. Los agentes observaron como un hombre se apeaba del vehículo y se introducía en el interior de una vivienda.
El sospechoso, al percatarse de la presencia de los agentes, cerró apresuradamente el portón de acceso a la misma. Por ello, los investigadores se bajaron de los vehículos apresuradamente, conminándole a que se detuviera al grito de “alto, policía”.
Ante las sospechas de que se pudiera haber producido algún tipo de transacción de droga, se procedió a rodear la vivienda y, para ello, se desplazaron más indicativos policiales, reforzándose la seguridad con unidades de la Brigada de Seguridad Ciudadana.
TIROTEO CONTRA LOS AGENTES
Mientras los agentes se encontraban rodeando la vivienda e interpelando sin cesar a la persona que se encontraba en su interior para que saliera de la misma, el sospechoso abrió fuego contra los agentes, haciendo uso de un rifle y disparando hasta en tres ocasiones.
La primera de ellas lo hizo contra un muro donde se encontraba parapetado uno de los agentes, impactando el proyectil a escasos 20 centímetros del mismo. A continuación, efectuó dos disparos más contra el portón metálico de la cancela de la vivienda, encontrándose al otro lado de la puerta el resto de agentes del dispositivo, los cuales golpeaban la puerta para que este individuo abriera.
Los proyectiles atravesaron la puerta metálica e impactaron en los vehículos estacionados en la vía, cerca del lugar donde estaban estos agentes y, por lo tanto, poniendo en grave riesgo la vida de los mismos.
La situación se prolongó durante aproximadamente 30 minutos, hasta que finalmente este sujeto abrió la cancela de acceso al patio de la vivienda y, siguiendo las indicaciones de los agentes, se tirara al suelo del interior del recinto de la vivienda con las manos en alto. Una vez inmovilizado, el resto de componentes del dispositivo aseguró la vivienda para comprobar que en su interior no se encontraba ninguna otra persona armada.
En el registro realizado en la vivienda se halló un rifle del calibre 30/30, con el que el agresor acababa de efectuar los disparos a los agentes, localizando junto al arma tres casquillos percutidos. Asimismo, en el patio trasero de la vivienda se localizó un fusil del calibre 7/62.
Durante el registro se descubrió un zulo subterráneo construido en el interior de un armario del dormitorio principal de la vivienda, en cuyo interior había ocultos doce fardos de hachís, los cuales arrojaron un peso de 408 kilogramos.
Igualmente se intervino numerosa munición de distintos calibres como 7/65, considerado como munición de arma de guerra, 30/30, munición de arma larga tipo rifle, y nueve milímetros. Además se intervino un vehículo tipo furgón, presuntamente utilizado por la organización para trasladar la mercancía.