Las muertes naturales encabezan la estadística, con 105 presos fallecidos en 2018, frente los 87 casos del año previo.
Los registros atribuyen, sin embargo, a las drogas el mayor alza: 62 muertos en 2018 -61 casos en prisión y uno en el hospital-, un 121 % más que en 2017.
Los suicidios también subieron, pero en menor medida -de los 27 registrados en 2017 se pasó a 33 (un 22 % más)- y hubo también cuatro defunciones por VIH/Sida, dos más que el año anterior.
Las muertes accidentales pasaron de 2 a 5 y, de nuevo, sólo hubo una muerte por agresión, ocurrida en Soto del Real (Madrid).
En Madrid, seis prisiones sumaron 25 muertos, por delante de Sevilla (24), Cádiz (16) y Alicante (11).
Las cárceles sevillanas destacan por el número de fallecidos a causa de las drogas, con 12 víctimas en 2018 frente a las 8 de 2017.
Por detrás quedan Madrid, donde 6 presos perdieron la vida por esa causa, y la prisión de Algeciras, con 6 fallecimientos, 5 más que el año previo.
De los 33 suicidios que se contabilizaron en 2018, 5 de ellos tuvieron lugar en Madrid, 4 en Badajoz y 3 en Alicante.
Los presos que fallecieron por VIH/Sida estaban internos en Teixeiro (A Coruña), Valencia, Navalcarnero (Madrid) y en el Hospital Psiquiátrico de Sevilla.
La mayoría de los presos fallecidos, 125, estaban en segundo grado, es decir, en régimen ordinario.