De ellas, 6.063 fueron niños y niñas no acompañados que llegaron por mar, según un estudio de Unicef Comité Español, que cifra el aumento en un 160% con respecto a 2017, cuando se contabilizó la llegada de 2.345 menores solos por la vía marítima.
Sin embargo, la mitad de los menores extranjeros no acompañados (menas) abandonan los centros en los que deberían recibir protección, solos o de la mano de mafias, porque nadie les confirma si van a conseguir papeles antes de cumplir los 18 años o porque se pasan los días sin hacer nada, denuncia Unicef.
Son situaciones que analiza la organización de defensa de la infancia en el informe Los derechos de los niños y niñas migrantes no acompañados en la frontera sur española, en el que recuerda la obligación del Estado de garantizar la protección integral de los menas con una política de estado que pide concretar en un Plan Nacional de Acción.
De los migrantes llegados a Europa, los más vulnerables son los niños y de ellos los que vienen no acompañados, ha alertado Gustavo Suárez Pertierra, presidente de Unicef durante la presentación del informe.
Tras una visita a 15 centros de menores de Andalucía, Ceuta y Melilla, Unicef describe una gran variedad de situaciones, pero en la mayoría de ellos haysaturación y en algunos se puede definir de situación de riesgo, ha detallado la experta Sara Collantes.
Cuando un niño llega a un puerto español está previsto llevarlo a un centro de protección de la infancia, pero al descender al día a día vemos que hay problemas,hay un déficit que está generando desprotección y generando que los niños sean más vulnerables de lo que son, ha lamentado Sara Collantes, autora del informe.
Los niños quieren estudiar pero se pasan el día sin hacer nada en muchos de esos centros, indica la investigación, que señala que su situación y su futuro es diferente dependiendo del centro al que se les derive, por lo que reclama normas comunes y coordinación entre comunidades autónomas.
No son muchos, ha crecido el número en un elevado porcentaje respecto a años anteriores pero si pensamos que hay 9 millones de niños en España con sistemas educativos y sanitarios para atenderles, debemos tener la capacidad de resolver los problemas que esta población tan desvalida reclama, ha señalado Suárez Pertierra.