Anas, un algecireño de 20 años que residía junto a su familia en la barriada de El Saladillo, apareció muerto el pasado dos de junio en el módulo de aislamiento de la cárcel de Botafuegos, en Algeciras. Este jueves 22 su familia, amparada por una treintena de personas, se concentró en la semidesierta Plaza Alta de la ciudad para reclamar a las autoridades penitenciarias información de lo sucedido, ya que, sostienen, desconfían de la versión oficial, que se refiere a este fallecimiento como un suicidio.
Este hecho está siendo investigado, como es preceptivo en casos similares, por la Policía Nacional.
Mustapha, el padre del fallecido, con lágrimas en los ojos, explica que recibió una llamada telefónica “de un segundo” para comunicarle que su hijo había fallecido y que cuando, posteriormente se dirigió, junto a otros familiares, al centro penitenciario con la intención de ver el cuerpo de su vástago no le permitieron el acceso.
“Me dio un infarto allí, en la puerta y se repitió en el hospital”, asegura, al tiempo que recalca que a pesar de su procedencia marroquí él es “español” (muestra para acreditarlo su DNI) y su hijo “nació en España y es español”.
“Ese día su hermano, al vernos por el suelo a su madre, que también se puso enferma y a mí, pidió explicaciones a los funcionarios bastante exaltado y la única respuesta que hemos recibido es una denuncia por desórdenes públicos”, detalla.
“Seguimos esperando aclaraciones, que alguien nos diga cuál es el resultado de la autopsia, que alguien nos diga como murió”, comenta su madre, Nayat. “Nosotros queremos una explicación, que nos digan qué paso con nuestro hijo, porque no nos creemos que se quitase la vida. Él estaba tan bien”.
Padres, hermanos, tíos y otros familiares, algunos desplazados desde otros puntos de Andalucía, formaron tras explicar su postura a Europa Sur un pequeño grupo en la Plaza Alta con una pancarta en la que se podía leer: “¿Qué pasó con Anass en el aislamiento? También tenía metas y sueños por cumplir. Estamos contigo Anass”.