“Se habló de que iba a hacer una gran fiesta para celebrar su puesta en libertad, pero no la hizo. Sabe que es mejor mantener un perfil discreto”, explica a EFE un agente de la lucha contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
Un detalle significativo para quien, estando en búsqueda y captura desde octubre de 2016, tuvo la osadía de aparecer en un videoclip haciendo alarde de coches de lujo y rodeado de mujeres en tanga en piscinas o camas redondas y que refleja uno de los principales cambios que ha tenido que asumir el narco en este año: el descaro se ha acabado.
Las cosas empezaron a cambiar antes de que, en octubre del año pasado, “Isco” se entregara a la Policía en su pueblo, La Línea de La Concepción, cuatro meses después de que fuera capturado su hermano mayor, Antonio Tejón, con quien lidera el conocido como el clan de Los Castaña, uno de los más activos de La Línea de La Concepción.
El Gobierno había puesto en marcha el Plan Especial de Seguridad en el Campo de Gibraltar para hacer frente al narcotráfico en la zona, con más agentes y medios y más intensidad que nunca.
Desde entonces han sido incautadas más de 143 toneladas de hachís y practicado más de 5.000 detenciones, incluidas las de un jefe de la Guardia Civil de Algeciras que supuestamente colaboraba con la organización de Abdellah El Haj, el “Messi del hachís”, considerado el mayor narcotraficante del Campo de Gibraltar durante años y que, en este tiempo, ha vuelto a huir de España.
La presión contra el narco en la zona no ha cesado. Sólo esta misma semana en la que “Isco” ha vuelto a la calle han culminado ocho operaciones contra las redes del tráfico de hachís y el blanqueo de su dinero que han llevado a practicar más de 150 detenciones, la mayoría en la provincia de Cádiz, Málaga, Ceuta y Gibraltar.
Hoy mismo, la Policía Nacional ha informado de la detención de 28 miembros de una organización asentada en el Campo de Gibraltar que usaban un “narcocamión” para ocultar la droga, tan sofisticado que hasta tenía medidas para que un escáner no pudiera detectar la mercancía.
En otra de las redadas más importantes de la semana, la operación “Hélice/Halógeno” la Guardia Civil y la Policía Real de Gibraltar, detuvieron a 38 miembros de una red acusada de introducir hachís en la península y de blanquear el dinero del narco en el Peñón.
“Ha cambiado mucho la situación. Se ha restablecido el principio de autoridad y tienen que ser mucho más precavidos”, dice una fuente de este Plan.
En este año, las redes del campo de Gibraltar, que en realidad son “mera logística” que trabaja entre los productores de la droga en Marruecos y los distribuidores europeos, han tenido que adaptarse al incremento de la presión policial.
Han tenido que diversificar sus puntos de entrada hacia lugares más lejanos (desde Huelva a Málaga). Atrás han quedado los tiempos en los que las narcolanchas, cargadas con entre 2.000 y 3.000 kilos de hachís, llegaban directa e incesantemente a pie de playa en la Línea, incluso en pleno día y sin importar si estaba abarrotada de bañistas.
“Ahora muchas veces tienen que esperar en el mar, se pueden tirar varios días hasta que se sienten más seguros. Y tienen que disponer de distintas tripulaciones y de distintas “collas” en la costa, por si tienen que desviarse a otros puntos, o utilizar otros medios, pesqueros o barcos de recreo, para introducir cantidades más pequeñas. Todo eso encarece el producto”, indica otra fuente de la lucha contra el narcotráfico.
Pero como en alguna ocasión ha dicho el alcalde de La Línea de La Concepción, Juan Franco, el narcotráfico “es una serpiente de siete cabezas: por más que cortes una, siguen saliendo”.
“Mientras siga habiendo productores y consumidores es imposible acabar con un negocio así”, explican fuentes policiales.
Y por mucho que se encarezcan los medios que necesitan para esquivar la vigilancia de la Policía, la Guardia Civil o la Agencia Tributaria, los beneficios siguen siendo demasiado grandes como para no seguir intentándolo y creando nuevos sistemas, incluidos los de ocultar la droga en medios submarinos.
Los cambios en el narco no son ninguna sorpresa para “Isco” porque la red que lidera junto con su hermano, Antonio, nunca ha dejado de estar activa, pese a que sus líderes estaban en prisión (uno de ellos lo sigue estando) y a las redadas en las que han caído quienes trabajan para ellos, según aseguran diversas fuentes policiales.
“Hoy están todos en la calle, salvo Antonio Tejón”, aseguran.
Por eso la fiscal, en el recurso contra la decisión del juez de ponerle en libertad bajo fianza de 120.000 euros (una cuarta parte de los beneficios que puede dejar para los jefes de una red introducir un alijo de 3.000 o 4.000 kilos de hachís), afirma que esta concesión es para “Isco” una “invitación” a continuar con su actividad.
De momento, “Isco” ha acudido ya por primera vez al juzgado de La Línea, ante el que tiene que comparecer dos veces a la semana mientras está en libertad provisional a la espera de un juicio en el que podría ser condenado a una pena de entre 9 y 15 años de prisión.
La fiscal cree que hay un riesgo “notable” de que huya antes. Todo dependerá de si quien con todo descaro ha levantado a lo largo de los años su “imperio” con el tráfico de hachís -se calcula que con su hermano tiene un patrimonio de más de veinte millones de euros-, se cree ahora que realmente las cosas han cambiado para el narco en el Campo de Gibraltar.