Además, el juez José de la Mata procesa a tres presuntos testaferros que formarían parte de la red con la que, según el magistrado, esta trama se dedicó desde los años 80 a “ocultar, transformar y blanquear” en distintos países europeos “fondos ilícitamente depredados del Tesoro nacional sirio”.
Además del blanqueo, en su auto el juez les imputa el delito de asociación ilícita o pertenencia a organización criminal, que se ha servido de paraísos fiscales, de instrumentos societarios y de cientos de sociedades en cascada administradas por la familia, así como testaferros, hasta que se ha producido el bloqueo de su actividad, tanto en España como en otros países europeos.
Rifaat Al Assad se marchó de Siria en 1984 y se habría concertado con su hermano, el entonces presidente del país, Hafez Al Assad, para esquilmar el Tesoro nacional, llevándose consigo alrededor de 300 millones de dólares.
Además de esas cantidades, De la Mata añade que en la década de los años 70 Rifaat al Asad obtuvo también ingentes recursos ilícitos de múltiples actividades delictivas como la extorsión, amenazas, contrabando, expolio de riquezas arqueológicas, usurpación de inmuebles y tráfico de drogas.
Las primeras adquisiciones de los Asad en España se sitúan en 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña.
El dinero malversado de Siria lo fue invirtiendo en inmuebles y negocios en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol, un destino frecuentado por numerosos millonarios árabes, que tienen en esa zona turística numerosas propiedades inmobiliarias.
La investigación judicial le atribuye en España 507 propiedades por valor de 695 millones de euros (unos 768 millones de dólares al cambio actual).
El juez destaca el alto poder adquisitivo de los investigados y menciona, por ejemplo, tres embarcaciones vinculadas a la familia, la compra de un avión privado Boeing 727 propiedad de Rifaat, así como varios vehículos blindados y otros de alta gama.
También hay indicios de que posee patrimonio enn Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey, y en Reino Unido tiene, entre otras propiedades, la residencia privada más grande después del Palacio de Buckingham.
En el caso de España, Rifaat Al Asad ocultó su importante patrimonio a nombre de diferentes sociedades administradas por sus 8 hijos y por dos de sus esposas.
El juez rechaza la alegación de la familia Al Asad, de que sus bienes proceden de regalos de la familia real de Arabia Saudí porque la investigación realizada por el juzgado acreditó que las adquisiciones inmobiliarias no proceden de donaciones saudíes.
A partir de ahora, el fiscal dispone de diez días para solicitar la apertura de juicio oral formulando escrito de acusación o el sobreseimiento de la causa.
Además de este procedimiento, Al Asad tiene abierto en Francia juicio oral por blanqueo y en Suiza se le investiga por crímenes de lesa humanidad.