A primero de año, se inicia la investigación al tener conocimiento los componentes del OCON de una organización criminal que estaría introduciendo grandes cantidades de hachís, por las costas de la Línea. De hecho, esta organización se había hecho fuerte al estar desmantelados por la Benemérita los clanes que operaban en la zona.
Desde el primer momento, los guardias civiles que investigan a la organización comprueban lo difícil que resulta conseguir información, dada las enormes medidas de seguridad que toma el cabecilla del grupo y por ende el resto de la organización.
Además, el líder de la organización apodado ‘Kiko El Fuerte’ era una persona extremadamente violenta que presumía de ella tanto a nivel interno, como con otras organizaciones. En el transcurso de la operación, los agentes conocen que debido a la presión ejercida por la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar habría conectado con organizaciones que operaban en la provincia de Huelva, pero sin llegar a acuerdo alguno.
Se continúa con la investigación y se conoce que el SIVE de la Comandancia de Algeciras habría detectado una embarcación que se dirigiría a las playas de la Línea. Al sospechar que fuera a alijar, es por lo que se organiza un dispositivo.
Tras más de 48 horas en las que hace varios amagos de alijo en la playa, los investigadores solicitan apoyo del Servicio Marítimo del Cuerpo, y del Servicio Aéreo que persiguen a la embarcación. Los tripulantes al verse perseguidos arrojan los bultos al mar, y en un momento de la persecución chocan contra la embarcación de la Benemérita y al ser esta más pequeña sus tripulantes caen al agua.
Al no poder ser rescatados, es por lo que, los pilotos convencen a los tripulantes, que huían sin preocuparse de los guardias civiles, para que regresen al lugar y suban a bordo a los agentes, que detienen a los cuatro tripulantes entre ellos un piloto muy conocido y experimentado en este tipo de embarcaciones, y que tras la investigación se conoce que trabajaba para esta organización.
Continúa la investigación, y una vez que se conoce el funcionamiento, los componentes de la organización y se consiguen indicios suficientes, es cuando se llega a la fase de explotación de la operación. En la fase final de la Operación Fortín, la Guardia Civil realiza trece registros domiciliarios y detiene al cabecilla de la organización, así como a doce personas más, por lo que con los cuatro de la embarcación, al final suman 17 las personas detenidas.
Como consecuencia de esta operación, la Guardia Civil ha desmantelado el más importante grupo criminal dedicado al narcotráfico que operaba en la Línea, deteniendo a sus 17 miembros, además se han intervenido 3.500 kilogramos de hachís, 5 embarcaciones (3 motos de agua, una de recreo y una semirrígida con tres motores, 12 vehículos (todoterrenos, turismos y tres motocicletas) y se ha desarticulado un narcoembarcadero en la Línea.