Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, ambos cuerpos policiales desarrollaron un dispositivo estático selectivo de control en una de las rondas principales de circulación de la ciudad. En esta ocasión, el agente de Policía Nacional encargado de la labor de selección de los vehículos y ocupantes de interés, detectó a un joven que mostraba una actitud esquiva ante la llegada al lugar donde éste se encontraba, por lo que comenzó a formularle una serie de sencillas cuestiones, resultando que el conductor respondía de forma ostensiblemente nerviosa a las preguntas que el agente le dirigía.
Por todo ello, el vehículo fue desviado hacia la zona de registro del dispositivo implementado, iniciándose la comprobación de la documentación personal del varón, cuyo estado de nerviosismo continuaba creciendo.
En ese momento, se aproximó al vehículo el agente de la Unidad de Guías Caninos junto con su perro adiestrado, siendo así que nada más abrir la puerta trasera del vehículo y aproximarse el can marcó que debajo del asiento del conductor se encontraba algún tipo de sustancia estupefaciente.
Los agentes hallaron en el lugar indicado un total de diez envoltorios prensados en plástico tipo film, superior a un kilo de hachís, que excede con creces los límites legales para la tenencia destinada al consumo propio de esta sustancia conforme a los baremos establecidos por los tribunales, motivo por el cual procedieron a la incautación del estupefaciente y consecuentemente, a la detención de la persona portadora de la misma.
