Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, la investigación comenzó el pasado mes de agosto al tener conocimiento de la existencia de un punto caliente de venta de drogas, el cual estaba causando gran alarma social entre los vecinos por el gran trasiego de personas que se disponían a adquirir sus dosis.
Realizadas todas las averiguaciones tendentes a esclarecer tales hechos, los investigadores pudieron confirmar que existían dos puntos de ventas de estupefacientes, donde el trasiego de personas era de suma importancia, ya que los compradores se trasladaban a conseguir las sustancias estupefacientes desde horas comprendidas entre la mañana hasta bien avanzada la noche.
Durante la investigación se identificó a los vendedores de estas sustancias a los consumidores finales, pudiendo constatar que eran las que realizaban las transacciones de droga directamente a los compradores en el interior de sus viviendas.
Para abarcar más horarios de venta a los toxicómanos, los traficantes que regentaban los puntos de venta se iban turnando y cuando uno de ellos se ausentaba, eran los otros los que se hacían cargo de este negocio ilícito. De este modo los beneficios de la venta de sustancias estupefacientes eran mayores.
Finalmente se realizaron dos registros domiciliarios en el que se detuvieron a tres personas como presuntos autores de un delito contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. Durante los registros se intervinieron 15 gramos de cocaína en roca, 256 gramos de hachís, 156 gramos de marihuana en cogollos listos para su consumo, 1.730 euros fraccionados, dos balanzas de precisión, una pistola simulada, tres espadas tipo catana, dos armas blancas, diversos útiles para la preparación de la droga y distintas dosis de droga listas ya para su venta.