La cantante, acompañada al piano por el maestro Rubén Cárdenas, comenzó el acto interpretando el villancico navideño Los campanilleros de la Nochebuena. Asistida por varios menores, que fueron interviniendo a lo largo del evento, la pregonera recibió de unos de los pequeños una caja con un pequeño pandero.
Tras recibir este presente, Moreno comenzó a repasar la Navidad de su niñez, con recuerdos de cómo se hacían las rondallas vecinales en las que todos los vecinos reuníamos instrumentos. De ahí íbamos a la asociación de vecinos, a la que algunos llevaban mantecados y, otros, diferentes cosas. Pasábamos la noche entretenidos cantando villancicos.
La cantante también se detuvo en la fábula que dio lugar al nombre de la Misa del Gallo. Una historia en la que confluyen la idea de que fue este animal el primero en presenciar el alumbramiento de Jesucristo y la tradición romana.
En ese momento, otro menor se acercó con una caja que contenía una figurita del belén navideño, concretamente un rey mago. A partir de ahí, la cantante comenzó a rememorar detalles el montaje del belén que hacía en su casa durante su niñez, como cuando acompañaba a su padre a recoger musgo y piedras al campo.
Moreno hizo especial hincapié en que la solidaridad reinante durante la Navidad se extienda. Intentemos que la Navidad sea todos los días en nuestros corazones.
A continuación, la cantante recibió una nueva caja que contenía un carrusel, motivo que le sirvió de arranque para abordar el arrastre de latas. Para ello se sirvió de la leyenda existente sobre el Gigante de Botafuegos. Como colofón, Moreno interpretó otro villancico.