El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Lucrecio Fernández, ha visitado hoy en el puerto de Algeciras el dispositivo Minerva19, una operación conjunta liderada por la Policía Nacional y coordinada por la Agencia FRONTEX, cuyo objetivo principal es garantizar unos flujos migratorios seguros desde el 12 de julio hasta el 16 de septiembre, coincidiendo con la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho (OPE).
Durante la visita al puesto de control ubicado en el puerto de Algeciras, Fernández ha resaltado el trabajo especializado que realiza el Frontex y los efectivos participantes en la operación Minerva, un dispositivo de cooperación internacional donde policías de 16 países trabajan, estudian y analizan toda la información relacionada con el paso de fronteras a través de los flujos en puertos de Algeciras, Tarifa y Ceuta, lo que les permite obtener información relevante para su trabajo diario en la lucha contra el tráfico ilegal de personas y contra las mafias organizadas del narcotráfico.
Durante 2018 se realizaron casi 1.200.000 inspecciones a viajeros y cerca de 270.000 vehículos, unas cifras que, según ha apuntado, se podrían incrementar este año, ya que las previsiones del número de viajeros para esta Operación Paso del Estrecho son mayores y posiblemente se superen los 3.241.679 pasajeros y 734.240 vehículos que embarcaron en 2018 durante los tres meses de la OPE18.
Desde el punto de vista de seguridad e inteligencia, Lucrecio Fernández ha reconocido que la OPE es la gran operación de protección civil que se organiza en toda Europa, de ahí la importancia de que exista cooperación con policía de otros países, pues permite un intercambio de información, la creación de un manual de buenas prácticas policiales, que difícilmente se puede encontrar en un punto distinto al Campo de Gibraltar estos meses.
En este operativo, que se desarrolla en los puertos de Algeciras, Tarifa y Ceuta, participan además de agentes españoles, pertenecientes a la Policía Nacional y la Guardia Civil, efectivos de estados miembros como Bélgica, Suiza, Republica Checa, Alemania, Estonia, Finlandia, Letonia, Francia, Italia, Lituania, Holanda, Eslovaquia, Noruega, Polonia, Portugal y Rumanía, así como observadores de Estados Unidos.
El fin principal de esta operación es controlar los flujos migratorios irregulares con destino a algún estado miembro de la Unión Europea para combatir las distintas formas graves de delincuencia con dimensión transfronteriza y garantizar un elevado nivel de seguridad interior en el seno de la UE, respetando los derechos fundamentales y salvaguardando, al mismo tiempo, la libre circulación de personas.
También tiene como objetivo contribuir en la lucha contra la delincuencia con dimensión transfronteriza en cualquiera de sus manifestaciones, con especial atención a la actividad de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de personas y trata de seres humanos, al tráfico ilícito de drogas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas, al tráfico ilícito de armas pequeñas o ligeras o al tráfico ilícito de vehículos, entre otros.
Esta operación se enmarca dentro de las actividades operativas coordinadas por la agencia FRONTEX en la frontera marítima exterior del Mediterráneo Occidental y cuenta con la experiencia de más de 10 años a lo largo de los cuales se ha consolidado como una operación altamente eficaz, ya que permite la inspección de un elevado número de pasajeros, vehículos y pertenencias (el año pasado se realizaron 1.176.715 inspecciones fronterizas de viajeros así como 267.705 de vehículos), coincidiendo con la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho.