Sin embargo, hace falta ascender hasta la zona afectada para que el informe sea exacto, se elabore un proyecto de reforme y se determine la cuantía. Mientras tanto poco se puede hacer, algo preocupante porque el experto determina, aplicando sus conocimientos a ojo, que “el peso que soportaba la pieza desprendida está siendo absorbido por los sillares adyacentes, de modo que estos están siendo sometidos a una sobrecarga adicional que no se sabe si podrán soportar”.
En este sentido, el consejo parroquial ha sido claro y contundente y ha recordado que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Algeciras son los que tienen que determinar las medidas a tomar porque, entre otros motivos, la iglesia está declarada como Bien de Interés Cultural, aunque, claro está, el problema se ha producido en pleno periodo de crisis económica en las instituciones, que, a su vez, podrían incurrir en una negligencia si se siguen produciendo desprendimientos sin que tomen medidas.
Todos estos anuncios y conclusiones se han producido durante el transcurso de una rueda de prensa en la que, además del arquitecto, también han asistido el párroco Jesús Casado y el hermano mayor del Nazareno, Manuel García Campillo, quien ha recordado que la reparación de la iglesia desde los tejados hasta el interior costó quinientos mil euros, dinero que fue reunido gracias a las aportaciones de los feligreses.