De hecho, según expuso la propia autora de este trabajo durante la presentación del mismo en Cádiz, «pese al mito de que el consumo de cerveza produce distensión abdominal, las conclusiones del presente estudio indican que un consumo moderado de esta bebida fermentada de baja graduación alcohólica no provoca aumento de peso, ni modificaciones en la composición corporal». Grupo de voluntariosExplicó que para llevar a cabo esta investigación se siguió un diseño de intervención cruzado en un grupo de voluntarios durante 10 semanas. Durante este tiempo, todos los voluntarios mantuvieron sus hábitos de vida y alimentación habituales, siendo la única modificación la referente al consumo de bebidas habituales y a la ingesta de cerveza tradicional o sin alcohol en los periodos determinados para el diseño experimental.
LA CIRCUNFERENCIA DE LA CADERA Y CINTURA
Durante la primera semana, todos los sujetos tuvieron que abstenerse de cualquier consumo de bebidas con alcohol. Las cuatro semanas siguientes y de forma aleatoria, dependiendo del grupo al que habían sido asignados, incorporaron a su dieta habitual cerveza tradicional o sin alcohol, en la cantidad correspondiente a un consumo moderado de alcohol, es decir, 20-24g/día para los varones (dos latas de 330 ml) y 10-12g/día para las mujeres (una lata de 330 ml). El consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco registraron alteraciones significativas en los pliegues cutáneosEntre otros parámetros, el estudio analizó la ausencia de variación en el peso, el índice de masa de grasa y masa corporal. Igualmente, se llevó a cabo un análisis dietético y de la actividad física realizada por los sujetos en el periodo del estudio y se realizaron mediciones de los pliegues cutáneos y de las circunferencias corporales.
TAMPOCO MODIFICA LOS HABITOS ALIMENTARIOS
Así, las mediciones antropométricas determinaron que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura; y tampoco registraron alteraciones significativas en los pliegues cutáneos. Según el Centro de Información Cerveza y Salud, esta investigación confirma la llevada a cabo por la doctora Ascensión Marcos en 2002, en la que también se comprobó que el consumo moderado de cerveza tampoco modifica los hábitos alimentarios de los voluntarios que se sometieron al estudio. Otras investigaciones. Estudios científicos internacionales han señalado que el consumo de cerveza no se traduce en un aumento de la circunferencia de la cintura. Así, la investigación «La cerveza y la obesidad: un estudio transversal» publicado en la revista científica «European Journal of Clinical Nutrition» señala que es improbable que una ingesta habitual de cerveza esté relacionada con un aumento significativo en el índice de masa corporal y en el índice cintura cadera. Asimismo estas investigaciones apuntan a otros factores, como el estilo de vida sedentario, los hábitos alimentarios incorrectos y diversos componentes genéticos, como la variante DD del gen de la enzima conversora de la angiotensina (ACE)iii, como favorecedores de la obesidad abdominal y señalan su influencia en la composición corporal.
UN MAXIMO DE TGRES CAÑAS
En el transcurso de la presentación del estudio, el presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, Jesús Román, sostuvo también que ya se ha demostrado que el consumo moderado de cerveza (un máximo de tres cañas para los hombres y dos para las mujeres) puede tener efectos positivos para el organismo, «siempre que se trate de individuos adultos y sanos», ya que está elaborada con ingredientes cien por cien naturales (agua, cebada y lúpulo), siendo además una de las pocas bebidas que contiene vitaminas y minerales de forma natural.