“Los artistas somos una amenaza para Trump y los fascistas de todo el mundo”, dijo Robert De Niro al recibir la Palma de Oro de Honor en la inauguración del Festival de Cannes.
Convendrán conmigo en que si hay alguien que sabe algo de cómo actúa un mafioso es Robert De Niro. “El matón del colegio viene a pedirte el dinero de la merienda y te pide el 25%. Tres días después vuelve y te pide más. Si no haces nada, continuará”, ha explicado en una entrevista en la que criticaba al presidente estadounidense Donald Trump.
De Niro, de 81 años, recibía la Palma de Oro por su larga trayectoria en el evento celebrado en el sur de Francia, cuando calificó a Trump de “presidente filisteo”. “En mi país, estamos luchando con todas nuestras fuerzas por la democracia, que alguna vez dimos por sentada”, dijo De Niro ante una audiencia que incluía a figuras importantes del mundo del espectáculo.
“Eso nos afecta a todos aquí, porque el arte es democrático, el arte es inclusivo y une a las personas, como esta noche. El arte busca la verdad. El arte abraza la diversidad, y por eso el arte es una amenaza”, añadió De Niro, quien ha sido y es un crítico abierto del presidente estadounidense.
“Por eso somos una amenaza para los autócratas y fascistas. El presidente filisteo de Estados Unidos se ha hecho nombrar jefe de una de nuestras principales instituciones culturales (el Kennedy Center). Ha recortado la financiación y el apoyo a las artes, las humanidades y la educación”, continuó.
Terminó su discurso con un llamado a la gente a enfrentarse a Trump “sin violencia, pero con gran pasión y determinación”. “Es hora de que todos los que se preocupan por la libertad se organicen, protesten y, cuando haya elecciones, por supuesto, voten. Voten”, sentenció De Niro.
Lo curioso de la nueva política exterior estadounidense es que abandona esa vieja idea, tanto republicana como demócrata, de exportar la democracia. Ahora esto resulta hasta gracioso, porque si Trump no cree en la democracia, para qué demonios va a querer exportarla.
Ya hemos visto que se entiende mejor haciendo negocios con tiranos y autócratas. Estamos ante el capitalismo de amiguetes a nivel mundial. El mapa geopolítico es visto como un plan general urbano planetario donde pegar la madre de todos los pelotazos.
Ante los hechos, podemos asegurar que prefiere lo contrario, exportar el caos a las democracias. La nueva política es que todo el mundo tiene un precio, y el dinero y la brutalidad es el único lenguaje que funciona. No hay sitio para los débiles o vulnerables.
Robert De Niro cree que lo único que se puede hacer con Trump es plantarle cara. Y nos ha recordado el ejemplo del abogado Joseph Welch en la caza de brujas de McCarthy. Durante las audiencias del Senado en 1954, le soltó una frase que aún se recuerda, y que yo espero que alguien un día le diga a Trump: “No tiene usted ningún sentido de la decencia”. Palabras sencillas, certeras. De la noche a la mañana la popularidad y la influencia de McCarthy se derrumbaron. Ojalá se pudiera exportar hoy, esa frase del pasado.