Una posible opción sería que el Gobierno celebrara un Consejo de Ministros, ahora está de moda, en Algeciras para que políticos y medios conozcan nuestra realidad y abandono. Pero, eso sí, todos vendrían y volverían en tren, aunque estemos aislados. Cosas más difíciles se han visto.
En Andalucía, Extremadura y otras comunidades autónomas de este país, después de las últimas tormentas y otros incidentes de estas fechas, se ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la red convencional ferroviaria, el tren de alta velocidad (AVE) y los dos ejes ferroviarios europeos que se inician o finalizan en Algeciras.
Está claro que los partidos que han gobernado del 2008 al 2018 han apostado por la alta velocidad según las inversiones públicas ejecutadas. Solo hay que ver las cantidades gastadas en el AVE y en la Red convencional: 31.414 millones de euros en la primera y 6.388 millones en la segunda, según datos de Adif.
Esta desidia inversora también se traduce en un parque de trenes obsoletos, ya que un tercio de las locomotoras de Renfe que cubren las líneas regionales tiene más de 30 años de antigüedad y desde 2006 no se ha convocado un concurso para renovar el material. Pero lo peor es que las locomotoras que no funcionan en Extremadura por su más de 15 años de antigüedad (Serie 598), Renfe las manda a Andalucía. Aunque antes tampoco nos mandaban nuevas sino las que se renovaban en el País Vasco y Navarra.
Pese a todo, los políticos en su afán electoral siguen haciendo grandes esfuerzos e inversiones (1.173 millones para la Alta velocidad frente a 337 para la Red convencional en 2018) para llevar a cada capital de provincia el tren más veloz, drenando los fondos para la ampliación y mantenimiento de la red convencional, que es la que verdaderamente vertebra el territorio y la que usan el 80% de los viajeros. De hecho, tenemos la red de AVE más amplia por habitante del mundo, pero también la más vacía.
El AVE español tiene menos de 15 viajeros por kilómetro frente a los 50 de Francia, los 84 de Alemania, los 63 de China y los 166 de Japón, según la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC). Este dato nos indica que muchas líneas del AVE no se justifican por los viajeros potenciales que pueden trasladar. En un informe los Auditores y geógrafos europeos critican la ineficacia y el despilfarro del AVE español.
En ese informe demoledor, publicado el pasado mes de junio, el Tribunal de Cuentas Europeo señaló que las líneas ferroviarias de alta velocidad son un “mosaico ineficaz” sin un plan realista a largo plazo en el que los retrasos y sobrecostes son “la norma”. En la misma línea, los geógrafos advirtieron que las líneas de alta velocidad han supuesto un despilfarro o una asignación inadecuada de dinero público de 26.240 millones de euros en las dos últimas décadas.
Los gobiernos y políticos de este país en un ejercicio de responsabilidad están obligados a volver su mirada a la red convencional, que es la esencia de nuestro sistema ferroviario y necesita de una potente inversión durante los próximos años. Y al desarrollo y terminación de los ejes ferroviarios europeos, Atlántico y Mediterráneo, en un plano de igualdad, pues son tan necesarios uno como otro para vertebrar el Campo de Gibraltar, Andalucía y España, y por supuesto Europa de norte a sur o de sur a norte. Estos corredores ferroviarios son el tren del futuro, porque generaran más empleo, mayor movilidad, un desarrollo sostenible y un gran impulso económico.
Pero necesitamos que ese tren electrificado, de ancho europeo y doble vía llegue a nuestra Bahía. Únete a nosotros y firma la petición que @ndaluciabay20.30 ha iniciado en Change.Org dirigida al Ministerio de Fomento para que por fin se cumpla lo que llevamos 100 años esperando.