Ferviente admirador suyo antes de que diera aquel empuje al flamenco con Entre dos aguas, canción que me dio el empuje a mi para que me sumergiéra en este difícil mundo de las seis cuerdas.Que puedo decir que no hayan dicho los demás, tan sólo que mi guitarra está de nuevo triste, primero por la muerte de mi padre, la persona que puso todo su empeño en que yo fuera guitarrista y ahora Paco, la fuente de mis conocimientos. Los dos fueron las personas más influyentes en mi carrera profesional y ahora me encuentro huerfano musical y espiritualmente, sólo, con mi guitarra, la herencia que me han dejado, la que le he transmitido a mi hijo José Manuel y la que guardaré hasta el fin de mi existencia.Desde la lejanía, esa distancia a la que me ha llevado mi profesión, guitarrista y que ahora por cuestiones profesionales me impide ir a despedir al maestro, a mi maestro, les doy mi mas sentido pésame a todos los familiares, amigos y admiradores que hoy lloran su pérdida. Paco dedicó a su madre, en uno de sus discos, una letra que el mismo cantó en la que decía “las cuerdas de mi guitarra están llorando”, hoy lloran las de la mía por él y por mi padre.Va por ti, Paco.