IAM/OpiniónTodo aquello, que puesto en práctica, resultó un fracaso, es absurdo tomarlo como modelo. Imitar por imitar no parece lo más prudente. Esta introducción la hago porque en España hemos sido muy dados a poner en marcha experiencias educativas y laborales que ya fracasaron en otros países. Reafirmo que nadie tiene derecho a imponernos un tipo de educación ni marcarnos caminos obligatorios para salir del desempleo. La propuesta de Alemania para salir del desempleo juvenil nos puede servir para analizarla y ver si en algo puede ser válida para la juventud española. Pero nunca nos la pueden presentar como panacea. Es verdad que Alemania vivió la primavera pasada un “milagro económico” en plena crisis. Pero, su propuesta consiste en dividir un empleo en pequeñas porciones del mismo. Esto supondría tener jornadas laborales más cortas y sueldos irrisorios. Como positivo, que sería una fórmula para compaginar trabajo y estudios. Con facilidad nos familiarizamos con términos y vocabularios importados, como si fueran nuestros de siempre. Ahora se habla de “el “Minijob” como propuesta favorita de Alemania para los jóvenes españoles, con salarios de apenas 400 euros. En estos términos ¿puede una persona joven pensar en labrarse su futuro y formar una familia? Partiendo de nuestra propia realidad habrá que analizar, con plena libertad, otras propuestas. Francia ante el desempleo juvenil presentó hace poco un plan de empleo subvencionado para jóvenes procedentes de barrios marginales. ¿Y los jóvenes que han conseguido una buena preparación y siguen sin conseguir un empleo…?
El Gobierno Francés plantea ganar la batalla del desempleo atacando al corazón del desempleo juvenil. El Plan cuenta con una suma de 2.300 millones para las empresas a través de la firma de 150.000 “empleos de futuro”, de los que 100.000 deberían firmarse ya en 2013 y el resto antes de finalizar el 2014. Pero no parece muy lógico programarlo todo para los jóvenes sin formación y de procedencia marginal. Aquí en España una reforma a la francesa parece improbable ya que han desaparecido las bonificaciones. Ahora se habla de algunos beneficios, pero sólo para los menores de treinta años. ¿Y los jóvenes mayores de treinta? España, con bastantes jóvenes bien preparados y cualificados que no encuentran trabajo y tienen que emigrar, buscando presente y futuro, tiene un gran reto al que debe dar solución, al paro en general y de manera muy especial abrir caminos de solución al paro juvenil. No podemos olvidar que la evolución social está considerando joven también a los mayores de treinta años. Por ello, hay que pensar en todos aquellos jóvenes, sin límites de edad, que se lanzan al compromiso de trabajar creando su propia empresa. Ya se cansaron de repartir currículum y ahora se encuentran con muy pocas facilidades y muchas dificultades para poner en práctica sus cualidades y sus estudios. Dejo para otra ocasión la llamada “iniciativa de la garantía juvenil española” hasta ver el resultado del trabajo conjunto de los ministerios de Educación y Empleo y Seguridad Social que elaboran un documento que permitirá cambiar la formación para que esté más vinculada a la empresa. Pero, hoy terminaré diciendo que tenemos un potencial humano de gente joven que ya terminaron sus estudios y que quieren trabajar y seguir desarrollándose como personas. Para ello, necesitan cauces que les faciliten crear sus empresas sin cargas excesivas de impuestos. Facilitar al joven crear su propia empresa es crear riqueza.