IAM/LB En el Campo de Gibraltar la creación de empleo siempre ha prevalecido por encima de la salud de su población, por encima de la seguridad medioambiental y muy por encima del cuidado del litoral. Por ello tenemos una de las mayores tasas de cáncer de Europa, una contaminación atmosférica que incumple los límites máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud y una bahía en la que la fauna y flora marina desaparece.
Según la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), las empresas que forman parte de la asociación contaba con 5.021 trabajadores directos en el año 2.010, bajando en 2.016 a los 4.357 trabajadores y trabajadoras y la destrucción de los puestos de trabajo sigue su curso junto con el aumento de los puestos de trabajos temporales y precarios. Si contamos los empleos directos e indirectos la propia AGI contaba en el año 2.016 a 9.003 personas.Lo cierto es que trabajo y riqueza no siempre van de la mano; aún siendo China el país en el primer puesto de población activa del mundo (unas 790.000.000 de personas), es el segundo país del mundo en cuanto al PIB (11.391.619 millones de dólares), siendo el primero Estados Unidos (18.561.934 millones de dólares) aun teniendo una población activa de cerca de 160.000.000 de personas. Si preferimos utilizar el PIB per capita como medidor de la riqueza de un país encontraríamos a Qatar (137.162 dólares al año por ciudadano) en el primer puesto.Decía Aristóteles “La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión”. Por ello, la riqueza de un país es la suma de sus recursos materiales e inmateriales, es la suma de su sistema económico, sanitario, educativo, laboral, etc. Podríamos resumir diciendo que la riqueza de una nación es el bienestar de su población.Si hacemos caso a los informes de la OCDE sobre los países con mayor calidad de vida encontramos: Noruega, Australia, Dinamarca, Suiza y Canadá en los cinco primeros puestos. Los motivos por los que se encuentran en estas posiciones son las condiciones laborales, calidad de los servicios públicos y cuidado del medioambiente.A pesar de estos datos, los políticos responsables de estas decisiones siguen vendiéndonos a la AGI como la solución a los problemas de empleo debido a que las empresas no sólo crean puestos de trabajo, sino que pagan los impuestos que ayudan a mejorar los servicios públicos de la zona, pero para mayor indignación, la mayoría de estas empresas tienen sus sedes fiscales fuera de Andalucía, por lo que sus beneficios se van a otras Comunidades Autónomas, quedándonos las y los campo-gibraltareños con 9.000 empleos, un litoral destruido, un 50% más de probabilidades de sufrir cáncer que en el resto del país y sin capacidad de invertir en unos servicios públicos de calidad que ayuden a mejorar el nivel de vida de la zona.