Posiblemente suene a “pasado de moda”, pero no hace mucho en multitud de hogares a los hijos e hijas se les atribuía rango de príncipes y princesas, cuando no de reyes o reinas. Y más de una persona se preguntará ¿a qué viene esta referencia considerando el asunto del plurilingüismo en los centros educativos? Basta conocer como la casa real se preocupa de la educación de su descendencia para percibir que la formación en lenguas extranjeras es un elemento esencial de la formación de quienes algún día serán cabezas coronadas. No sólo que en la más tierna infancia se les inste a utilizar varias lenguas extranjeras o que en los centros educativos, de pago ¡y qué pagos!, incluyan en sus curriculums estas disciplinas lingüísticas, sino que en los viajes, por cierto frecuentes, se tenga especial cuidado en utilizar esas habilidades lingüísticas, y ¡cómo no!, completan su formación en la pubertad y adolescencia en centros en el extranjero durante varios años. En fin que la Casa Real se toma muy en serio la formación plurilingüística de sus príncipes y princesas. Sin embargo la Junta de Andalucía no parece que trate con tanto cariño a las hijas e hijos de las clases medias, menos medias, medias pobres, o pobres de solemnidad, trabajadoras, cuando se tiene el privilegio de trabajar, todas ellas.
Y más de una persona se pregunta ¿Es que mi hijo o mi hija, no tienen el mismo derecho que los hijos e hijas de cualquiera, aunque digan que tienen sangre azul, a acceder a una formación completa? Díganselo al Presidente del Gobierno Andaluz, que por cierto está en estos días más en la calle que de costumbre. Pregúntele por qué las hijas e hijos de los andaluces se les forma tan deficientemente en lenguas extranjeras. Pregúntenle por qué pretende reducir aún más la oferta de enseñanzas de esas lenguas, que a tenor de lo que anuncia y enuncia la Unión Europea es un objetivo ineludible para la consolidación tanto cultural como económica del espacio Europeo.
En el año 2003, hace ya casi 20 años, la Comisión Europea en Bruselas, «Educación y formación 2010» acordó favorecer la inclusión de la enseñanza de lenguas europeas a todos los niveles y en los currículos de la enseñanza primaria y secundaria. El objetivo era, y sigue siendo, que todos los sistemas educativos asegurasen, ¡antes de que concluyese 2010!, que el alumnado dispusiera de las competencias necesarias al final de la enseñanza obligatoria para preparar su futuro en el seno de la ciudadanía de la Unión Europea. No solo no se ha alcanzado este objetivo, sino que los planes educativos que se están llevando a cabo en Andalucía, se dirigen en sentido opuesto. El 27 de junio de 2019, la Instrucción 12/2019 reduce a la mitad la carga horaria semanal dedicada a la Segunda Lengua en Primaria, pasando de 2 horas a 1 semanal. El 10 de diciembre de 2020, el Decreto 181/2020, suprime la Segunda Lengua en el segundo ciclo de Primaria. Recientemente, la Consejería de Educación ha publicado los borradores de los nuevos currículos educativos para el curso 2022-2023. Se eliminará la obligatoriedad de la Segunda Lengua Extranjera en 1º de Bachillerato y además la reducción de 4 horas a solamente 2 horas en la materia optativa Segunda Lengua Extranjera de 2º de Bachillerato. A poco que se reflexione, la pérdida de la condición obligatoria de esta materia en 1º de Bachillerato, en una etapa preuniversitaria, de formación superior o incluso de acceso al mundo laboral, tendrá nefastas consecuencias. Si se le añaden además otros efectos más generales e importantes como: a) La producción de un retroceso en la adquisición de las competencias necesarias para un futuro ciudadano/a europeo/a. b) La desorientación para el alumnado que no es consciente de la necesidad de dominar más de una lengua extranjera en su currículum universitario y en su futuro laboral. c) La pérdida de los acuerdos interuniversitarios ya que muchas becas ERASMUS quedan desiertas debido a que las universidades europeas exigen acreditaciones lingüísticas del país visitante antes de comenzar el curso. Al fin y al cabo todo viene a producir una clara desventaja en competencia lingüística del alumnado andaluz frente al de otras Comunidades Autónomas, ya que en autonomías con lengua vernácula como Galicia, no solo será obligatorio el estudio de dos lenguas nacionales sino que también el de dos lenguas extranjeras. También con otros países ya que cada vez son más los grados, tanto humanísticos como también científicos, y universidades, que ponderan el resultado de la Segunda Lengua Extranjera. d)Un aumento de la desigualdad de oportunidades entre el alumnado de la educación pública y el de la educación privada, que estudia dos lenguas extranjeras desde la etapa infantil.
En definitiva queda claro que no se pretende que las nuevas generaciones de andaluces y andaluzas estén mejor preparados para comunicarse en varias lenguas en un mundo global. Las nefastas consecuencias son ya evidentes y abocan a la juventud andaluza a quedar subordinada en los ámbitos culturales y económicos.