La historia de las “tarjetas fantasmas” de Blesa, Rato y sus compinches del consejo de Caja Madrid es la historia de una avaricia desmedida. Y la misma historia, aunque todavía no investigada, de otros consejeros de entidades financieras que tienen esos sobresueldos “camuflados” para no llamar la atención. Ya esta semana ha salido también Bancaja y la historia continúa y continuará… La banca parece estar podrida en nuestro país.Solo hay que ver la actitud de estos llamados “consejeros”, pues después de haberse gastado un pastón con sus tarjetas “negras”, no entienden las medidas tomadas contra ellos por sus partidos, sindicatos o amigos. Dicen que no ha cometido ningún delito hasta que un juez los condene. Las responsabilidades éticas, cívicas y morales no les merecen ninguna consideración. Vivimos en un país sin verdad y de total impunidad.Los ya imputados, como Blesa y Rato, no parecen ser conscientes del enorme malestar que existe en la calle y entre la clase política por la mayor bomba social de la crisis financiera. Pero es sintomático que tras dos años de instrucción del caso Bankia en la Audiencia de Madrid -con 4.000 afectados y 22.424 millones de rescate con dinero de los contribuyentes-, han sido los 15,5 millones de las tarjetas lo que ha permitido al juez establecer duras medidas cautelares bajo acusaciones de administración desleal.La conducta de Blesa y Rato ante el juez fue de lo más burda. Intentaron salir del atolladero eludiendo responsabilidades, algo normal en gente que se cree con derecho a todo, no asume errores y siente nostalgia de los días de total impunidad. Por eso no resulta extraño que afirmaran no tener porqué devolver el dinero de las tarjetas, responsabilizaran a sus inferiores o señalaran que no sabían de contabilidad. Y lo más increíble, decían que nadie les explicó cómo funcionaban las tarjetas. Pero entonces de qué sabían estos tarados (lo utilizó como se hace en el lenguaje coloquial) dirigentes de Caja Madrid o Bankia durante más de 15 años.Es normal que la calle esté ardiendo y ya no aguante tanta chulería y recochineo. El paro nos come, los padres ven emigrar a sus hijos porque no encuentran trabajo y para colmo los tertulianos afines al PP criticaban la apertura este verano en Andalucía de comedores escolares para que críos de familias en riesgo de exclusión pudieran hacer una comida al día, calificándolo de abuso al contribuyente y clamando “Ya, y que más. Que le regalen también una bici, si te parece”.Los partidos están tensando demasiado la cuerda y la capacidad de aguante de este pueblo se está acabando, y aunque no nos guste la violencia, no me extrañaría que algún día surjan agresiones contra alguno de estos cretinos de turno que ofenden además de pisotear. Ténganlo en cuenta los responsables directos e indirectos de tantos desmanes.