IAM/Redacción El PP (Landaluce) y el PA (González) nos vienen engañando con los cuentos y las cuentas del agua desde 1995. Creo que ya ha llegado la hora de acabar con este cuento y ésta historia reorganizando este servicio municipal para hacerlo más justo, eficaz y suficiente.
CAPÍTULO I. Los Magos de Oriente.
De todos es sabido la gran importancia que tiene la tradición cuentística en España proveniente de oriente, desde “Calila e Dimna” hasta los cuentos de “Don Juan Manuel” y otros muchos. Todos tienen una raíz oriental. Pero eso no quiere decir, Señor Landaluce, que nos tenga que seguir contando más cuentos orientales. ¡Cuénteles, cuénteles de una vez a esos algecireños que tanto dice usted querer, por qué el agua de Algeciras tiene el valor del oro! Y por favor, ¡aplíquese al cuento!
¿Dígales cuál es el problema del agua? Dígales como su gran maestro, Patricio González, (otro cuentista consumado) fue el artífice del gran truco, y su partido político, el PP, el que le dio la varita mágica para convertir el agua en oro, creando entre ambos EMALGESA en 1995 en un gobierno de coalición PA-PP.
¿Cuénteles quién paga el pato a la naranja aquí? Dígale que somos los algecireños, con un préstamo que seguiremos pagando hasta el 2020, con sus correspondientes intereses. ¿Cuénteles para qué este préstamo? Dígales que es para pagarle a AQUALIA los gastos en nuevas conexiones, canalizaciones, etc.
Es decir, le pagamos a AQUALIA las instalaciones con las que nos van a explotar vendiéndonos nuestra propia agua.
Por poner un ejemplo. Es como si le pagáramos a REPSOL la construcción de la gasolinera del barrio, para que nos venda una gasolina que ya es nuestra, con la cual va a comerciar con nosotros y nos entrampamos con ella para pagar un préstamo hasta el 2020 por la instalación de la gasolinera.Pero aún es más grave el delito. El agua que nos vende AQULALIA procede, en su mayoría, de los muchos manantiales que hay en Algeciras.
Su grado de explotación ha llegado a ser tal, que está ocasionando un verdadero desastre ecológico, denunciado por la propia Junta de Andalucía recientemente y también por los ecologistas algecireños. Su grado de egoísmo ha llegado a tal punto, que para no consumir el agua procedente de los pantanos, con lo cual tendrían que pagar a la Junta de Andalucía por su consumo, prefiere destruir todo el entorno ecológico de nuestros manantiales y a así obtener agua totalmente gratis.Por seguir con el ejemplo de la gasolinera.
No sólo le pagamos la instalación para que nos vendan gasolina. ¡No! La gasolina que nos venden es nuestra ya. Pero ahí no queda la cosa. Además, entran en nuestra casa, se sientan en nuestro sofá, se toman nuestra cerveza, nos dejan sin comida el frigorífico, se mean en la alfombra del salón, usan el retrete y no tiran de la cadena. Para pagar esta guarrada, nos ponen el famoso “canon de mejora”.Pero, ¿dígales qué es EMALGESA? O sería mejor preguntar:
¿De quién es EMALGESA? Dígales que supuestamente el 51% de esta empresa pertenece al Ayuntamiento, es decir, es el socio mayoritario; y el restante 49% a AQUALIA, que es el socio privado y minoritario. Cualquier algecireño sensato pensaría que de cada euro que gane la Empresa 51 céntimos son para el Ayuntamiento y 49 céntimos para AQUALIA, ¿no? Pues, ¡no! Resulta que hasta ahora el Ayuntamiento no ha conseguido beneficios.
Es cierto que AQUALIA si consigue pingües beneficios, pero el socio mayoritario, el Ayuntamiento de Algeciras, con el 51%, nunca saca beneficios. Por el contrario. Le toca pagar gastos con esos supuestos beneficios. Desde luego, un negocio redondo. ¿Para quién? Para AQUALIA, claro.Aquí, queridos algecireños, tenéis que hacer un gran esfuerzo de imaginación, propio de todo cuento, para discernir entre lo que el ojo ve (el cuento en sí, la narrativa) y lo que no ve, los bolsillos, maletines y maletas, y algún que otro sobre, donde de forma mágica aparecen monedas relucientes de difícil ubicación. No me preguntéis el cómo, el dónde, ni el cuándo. El quién lo podéis averiguar haciendo un pequeño esfuerzo de concentración mental.
Señor Landaluce, ¿sabía usted que de las 84.000 viviendas que hay en Algeciras tan sólo hay 53.000 que tengan contador del agua? ¿Sabía usted que hay unas 31.000 viviendas que no tienen contador en Algeciras? ¿Sabía usted que el 63% de los algecireños, estamos pagando con los impuestos tan elevados el agua del restante 37% que paga de forma casi irrisoria el consumo de su agua que pasa por un contador que suministra agua a bloques con hasta 14 y 20 viviendas? No, Señor Landaluce. Ya sé que usted no es tonto.
Por supuesto sé que lo sabía y que lo sabe. Usted y su equipo de gobierno saben y conocen muy bien toda la narrativa de mi cuento. Solo que este no es un cuento chino, Señor Landaluce. En todo su mandato le ha dado por el estilo oriental y no se ha dado cuenta de que este es un cuento muy algecireño.A los algecireños nos preocupa que tras toda esa triquiñuela legal con la que se fundamenta un recibo del agua abultadísimo y excesivo usted lo mire como algo normal y justo. Lo que queremos los algecireños es justicia, Señor Landaluce. Los algecireños sí somos honestos y honrados. No le quepa la menor duda, y además queremos transparencia en las cuentas del Ayuntamiento y del agua.Lo que no nos gusta es que permita que en nuestros recibos haya un sistema de bloques ascendentes y que se permita el cobro mensual del los recibos para que siempre se rebase ese bloque ya que al cabo de tres meses es normal que esto ocurra.
Sé fehacientemente que usted posee una mente más dotada que la mía para el cálculo, por eso estoy seguro que comprenderá muy bien lo que le digo.Lo que no nos gusta es que paguemos por una depuradora que está subvencionada por la Junta de Andalucía y que lo hagamos por partida doble, como se refleja en el recibo del agua. Pero lo que nos pone los pelos de punta, Señor Landaluce, es que, encima que estamos pagando estos impuestos por la depuración de nuestras aguas, se siga vertiendo residuos de aguas sin depurar al lado de parques, en zonas limpias de nuestra ciudad y en múltiples sumideros de aguas que van a dar al mar.Por favor, Señor Landaluce, déjese de tortacitos en el hombro y risitas de niño bueno.
Eso pude que al principio colara, pero ya sabemos todos de qué va el cuento. Y yo no le digo ni que sí ni que no, yo sólo le digo que no quiero que nos cuente más “El cuento de La Buena Pipita”.